La Organización de Cooperación de Shangai

Cumbre de la OCS en Rusia

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, se pronunció hoy a favor de ampliar la circulación de monedas nacionales en el espacio de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). «Se trata de aumentar el uso de monedas nacionales en los pagos recí­procos para depender menor de las divisas de reserva, así­ como de invertir una parte de nuestras reservas internacionales en instrumentos financieros de los paí­ses socios», dijo Medvédev al intervenir este martes en la cumbre de la OCS en Ekaterimburgo, ciudad rusa en los Montes Urales.

Medvédev destacó que ningún sistema financiero, ante todo el mundial, uede ser eficaz si los instrumentos financieros que utiliza «se facturan en una sólo divisa» en alusión directa al dólar estadounidense. Según el presidente ruso, es preciso fortalecer el sistema financiero mundial «también mediante la creación de nuevas monedas de reserva y a través de la introducción en un futuro de medios de pago supranacionales».La Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) no afecta los intereses de la OTAN ni de terceros paí­ses, declaró hoy en rueda de prensa el subdirector del Departamento de Europa y Asia Central del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Zhian Siao. «Las afirmaciones de que la OCS afecte los intereses de unos paí­ses y aplique una polí­tica de confrontación no resisten ninguna crí­tica», subrayó.El Consejo de los máximos lí­deres de los paí­ses miembros de la OCS (China, Kirguizistán, Kazajstán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán) se reunió hoy en Ekaterimburgo.La OCS no representa en sí­ un bloque polí­tico-militar cerrado. La cooperación en el marco de la OCS se basa en los principios de mantenimiento de la paz, transparencia y garantí­a de la estabilidad para los Estados miembros. La OCS no afecta los intereses de terceros paí­ses», dijo el diplomático chino, al comentar las palabras de unos periodistas de que los paí­ses occidentales perciben la OCS como un bloque anti-OTAN.Li Xin, director del Centro de Estudios de Rusia y Asia Central del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghai, dijo que la tarea principal de la cooperación de seguridad es la de impulsar los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo, el separatismo y las fuerzas extremistas, así­ como combatir conjuntamente el narcotráfico y la migración ilegal para garantizar la seguridad regional. Por otro lado, la situación en Afganistán también debe ser un asunto de interés para la OCS, añadió Li. La OCS tiene su origen en el Grupo de Shanghai, conocido también como «los cinco de Shanghai», que se creó el 26 de abril de 1996 con la participación de la República Popular China, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Rusia, con ocasión de la firma del «Tratado para la Profundización de la Confianza Militar en las Regiones Fronterizas» y el «Acuerdo para la Reducción de Fuerzas en las Áreas Fronterizas».El grupo, que habí­a surgido a partir de las conversaciones para el establecimiento definitivo de las fronteras entre Rusia, la República Popular China, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán, la desmilitarización de las mismas y la generación de medidas de confianza entre las partes implicadas, se encontraba ahora con unos objetivos relativamente vagos pero que básicamente eran los de hacer posible la cooperación militar transfronteriza y la protección de las rutas comerciales en esas zonas.No serí­a hasta cinco años después, el 14 de junio de 2001, cuando tuviera lugar el lanzamiento oficial de la OCS, de nuevo en Shanghai. La ciudad costera china continuarí­a dando nombre a la nueva organización, de la que iban a ser miembros los cinco participantes en el Grupo de Shanghai y Uzbekistán, quedando así­ integradas en ella cuatro de las ex repúblicas soviéticas de Asia Central.Así­, la OCS se configura progresivamente como un instrumento de mantenimiento del equilibrio estratégico global, de control de la influencia americana en la región y de rechazo a la intervención de actores externos a la región en los asuntos de ésta.La participación china en la conformación de los principios y valores de la OCS ha sido fundamental, ya que tienen su origen en la formulación de la llamada nueva polí­tica exterior china o «nueva diplomacia» china, siendo uno de sus pilares fundamentales el nuevo concepto de seguridad en conjunción con el discurso multipolar, el multilateralismo y el establecimiento de asociaciones estratégicas.Para Rusia, la OCS se ha convertido en un pilar de su seguridad interna, ya que a través de ella puede incrementar la vigilancia de su enorme y desprotegida frontera con Kazajstán, en momentos en que la crisis del Cáucaso puede extenderse hasta Asia central. De la misma forma, el tráfico de armas y narcóticos proveniente del área bajo control estadounidense de Afganistán Ha convertido a Rusia en parte de su ruta hacia Europa.Al diversificar las relaciones de la OCS con otras organizaciones regionales, Rusia puede extender su influencia sin la desprestigiada estrategia del equilibrio de poder de la era soviética. La OCS se convierte velozmente en una parte esencial de la polí­tica euroasiática de Vladimir Putin.En los últimos años, la OCS ha invitado como observadores a Mongolia, Pakistán, Irán y la India, ha establecido contactos como grupo con Afganistán, y ha logrado el estatus de observador en la Asamblea General de la ONU.India ha manifestado su deseo de estrechar lazos con la OCS, y no habrí­a que descartar su eventual integración en la Organización. Un antecedente muy interesante a tener en cuenta es que ha logrado permiso de Tayikistán para disponer allí­ de una base aérea para combatir el terrorismo de origen pakistaní­.Si se diese el acceso de Mongolia, India, Irán y Pakistán, la OCS serí­a un organismo con el que Occidente deberí­a contar seriamente en el futuro, sobre todo en el ámbito de la seguridad. Por supuesto, el desarrollo de los extraordinarios recursos e infraestructuras de esa Eurasia necesitarí­a de las inversiones de varios interesados, entre ellos Japón y Corea, además de la UE y de EEUU.

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