Cargando...
Con frecuencia los eventos culturales, y especialmente los literarios, pierden la vocación divulgativa y popular para arrinconarse en el elitismo y la exclusividad. La semana negra de Gijón representa todo lo contrario. Un festival nacido hace más de dos décadas con el explicito interés de convivir con la gente en la calle, y organizado por un colectivo independiente y aventurero, que según ellos mismos aseguran, está formado por «humildes soldados de la república de los lectores que saben perfectamente que se deben íntegramente a la gente del pueblo». Por si esto fuera poco, el festival se asienta sobre la interdisciplinaridad de sus propuestas y el espíritu festivo de sus actividades, se ha convertido en un referente a nivel internacional, y en esta última edición ha propiciado la venta de hasta 54.000 libros.
Concebida en sus inicios como un modesto encuentro de literatura negra combinado con música y artes escénicas or el escritor hispano-mexicano y todavía director Paco Ignacio Taibo II. El festival se ha reinventado a lo largo de los años para incluir autores de cómic, representantes de un género que también crece cada día en el noveno arte, el XIII Encuentro Internacional de Foto y Periodismo, que tiene como tema la crisis económica fuera de los países occidentales, o la Asturcon, convección asturiana de ciencia ficción. Todo esto enmarcado en un ambiente festivo que engalana la ciudad, con actividades para todos los públicos, convirtiéndose en una especie de verbena veraniega de incalculable valor cultural. El género negro literario (también el cinematográfico o de cómic), ha sido definido en muchas ocasiones como un retrato de las entrañas de la sociedad, de ese “estado” que no aparece en los medios oficiales ni en otras disciplinas creativas, algo que en ocasions le ha condenado al ostracismo. La Semana Negra de Gijón saca estas “entrañas” a la superficie, y las exhibe en anchas calles a plena luz del día. Todo esto viene rubricado por unas cifras imponentes: En 10 días han pasado por el festival hasta 120 autores de narrativa negra, histórica, de ciencia ficción, testimonio, ensayo, cómic, etc; se han distribuido 54.000 libros, centenares de miles de personas han desfilado por las sedes del festival y tres millones lo han hecho por su página web sólo durante el mes de julio. Estas cifras contrastan con el ínfimo apoyo institucional que ha recibido el festival, algo que le ha obligado constantemente a cambiar de ubicación durante los últimos años. Taibo ha agradecido la acogida que le dieron los vecinos de los barrios populares de la ciudad al festival (concretamente los barrios de La Calzada, el Natahoyo y Jove), que tuvo de que instalarse de urgencia en esa zona por la imposibilidad "técnica" de utilizar una parcela del campus de Viesques, cuya titularidad se disputan el Ayuntamiento y la Universidad de Oviedo. Una iniciativa cultural independiente, popular y con solera, consagrada a nivel internacional y adorada por los autores que acuden cada año. Un grato ejemplo en estos tiempos de monopolización de la cultura e institucionalización del arte.