La tercera ola nunca se terminó de ir del todo. En marzo, las cifras de contagios y hospitalizaciones dejaron los niveles críticos, pero se mantuvieron en riesgo moderado, un “suelo” demasiado alto. Tras la Semana Santa, la pandemia comienza de nuevo una senda ascendente. Los expertos ven ya señales insistentes de una cuarta ola, tal y como ya está pasando en diversos países europeos. Aún estamos a tiempo de evitar que sea tan grave como la del pasado invierno.
España abandona la Semana Santa volviendo al riesgo alto, con una incidencia acumulada a nivel nacional de 163 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, 11,6 puntos más que el Sábado Santo. Son cifras muy alejadas del pico de los 800-900 contagios que vivimos en enero, y las vacunas dan cada día un poco de más esperanza: ya hay más de 2,8 millones de españoles inmunizados (el 6%) y hasta 8,7 millones han recibido al menos una dosis.
Aunque marzo ha acabado sin que todos los mayores de 80 años estén vacunados -como se pretendía- el 31 de marzo se batió récord de dosis inoculadas en un solo día, 306.995. Ya se han recibido más de un millón de vacunas de AstraZeneca; y en abril tienen que llegar la de Janssen, que solo requieren un pinchazo.
Pero vista de conjunto, esta situación dista mucho de invitar a la relajación: el virus todavía se lleva, cada día, la vida de más de 80 personas en los hospitales, y la presión hospitalaria vuelve a subir: hay cerca de 9.000 ingresados por Covid y más de 1.900 personas en UCI (un 19,6% de las camas de cuidados intensivos)
Después del descenso rápido y constante de la primera mitad de marzo, desde hace tres semanas los contagios han dejado de bajar en unas 30 provincias y ya repuntan con fuerza en Navarra y Madrid, que vuelven al riesgo extremo, seguidas de cerca por Euskadi. Además, se incrementa la presencia de la variante británica (B.1.1.7), más transmisible y, según varios estudios, más letal. Esa cepa se extendió en enero y es dominante en casi todas las comunidades.
Día a día, la preocupación de los expertos por una cuarta ola tras el periodo vacacional es mayor. Así lo piensa por ejemplo Clara Prats, del Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos de la UPC (BIOCOM-SC), entrevistada en RAC-1. La científica ya advirtió del riesgo de que tras la Semana Santa se produjera un “crecimiento explosivo” de los contagios.
«Nos arriesgamos a una aceleración de los contagios. Según como sea la movilidad y, sobre todo, la interacción social de la Semana Santa, podríamos llegar a una velocidad de propagación de la enfermedad (Rt) de 1,3, un crecimiento que es explosivo. De lo que estamos seguros es de que estamos entrando en una dinámica de crecimiento”, ha advertido Prats.