Cuidado con Parí­s

Es bien sabido que cuando una clase quiere tomar el poder o ejecutar un proyecto, previamente crea un clima de opinión. La aparición de la figura de Mariano Rajoy en los guiñoles de la televisión francesa, por su forma y contenido, busca también crear un clima de opinión.

En el programa, el guiñol-presentador anuncia que está esperando al presidente del gobierno español para una entrevista. En ese momento aparece Rajoy, desaliñado y vestido como un mendigo pidiendo dinero para poder comer un bocadillo. Ante su insistencia, le da finalmente dos euros y le conmina a que se marche, a lo que Rajoy contesta dándole las gracias en español y el presentador le contesta que no entiende el rumano. El mendigo le aclara que no habla en rumano sino en español y que él es Rajoy. Finalmente, cuando el presentador quiere hacerle unas preguntas, Rajoy contesta que no puede quedarse porque “con los dos euros voy a comprarme un sandwich, tengo mucha hambre”. Además del racismo implícito –comparándolo con un mendigo rumano, a los que el gobierno francés ha expulsado por miles de París–, el tratamiento resulta denigrante. «Un tratamiento, además de racista, denigrante para España» No es que se metan con Rajoy, es que esa es la visión que a la burguesía monopolista francesa le interesa dar de España en estos momentos. Un país indigente que tiene que mendigar lo que sea para no pasar hambre, una Rumania del sur de Europa, un país de pobres reducido a poco más que una colonia de tipo inferior. No es casualidad que justo en el momento que Francia ha caído en recesión, se enfrenta a sanciones de Bruselas por incumplir los objetivos de reducción de déficit y ve en grave riesgo de devaluación su posición en Europa por las grietas que hacen temblar al eje franco-alemán, aparezcan estos ataques contra España. Cuanto más devalúe Alemania a Francia, mayores serán los intentos de París por debilitarnos y degradarnos a nosotros. Menos causalidad todavía es que lo haga Canal Plus Francia, cuyos dos máximos accionistas tienen múltiples intereses en España. El conglomerado monopolista Vivendi, cuya división Veolia explota en nuestro país los negocios del tratamiento y la distribución del agua, el transporte colectivo y los servicios energéticos. Y el grupo Lagardere, accionista de referencia con el Estado francés de EADS, el gigante de la industria aeroespacial y de defensa con cuatro grandes factorías instaladas en España. Hay quien llevado de intereses inconfesables o de una miopía rayana en la ceguera vaticinó que la llegada de Hollande sería beneficiosa para España. De momento lo más que ha hecho es implicarnos en la guerra de Malí. Y el tratamiento dado a nuestro país por los guiñoles de Canal + es un indicador de que la burguesía monopolista gala ha puesto sus ojos sobre nosotros. De la misma forma que Merkel y los medios de comunicación alemanes han creado el clima de opinión sobre los “vagos, perezosos y derrochadores” trabajadores del sur, ahora Francia nos presenta como mendigos muertos de hambre. En uno y otro caso no buscan mas que justificar el saqueo a conciencia que nos están aplicando.

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