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Quienes creían «muerto y enterrado» a Garzón se han vuelto a encontrar con su fantasma. El «caso Garzón» vuelve a estar sobre la mesa.
La asociación MEDEL, que agrupa a más de 15.000 magistrados europeos pide el indulto para el ex juez, condenado a 11 años de inhabilitación por el Tribunal Supremo porque “afecta a toda la comunidad jurídica internacional y entraña el peligro de limitar la independencia judicial en países que están intentando construir un sistema democrático de Justicia”. «En el “caso Garzón” está en juego la defensa de la Justicia y la soberanía nacional «
Para el presidente de MEDE, Antonio Cluny, no estamos ante un asunto “interno de España, es un juez que es un paradigma que ha influido en la manera de trabajar de muchos países y ha proporcionado avances significativos en materia de derechos humanos”. Ahí está la madre del cordero, pero hay que llegar al fondo de la cuestión. En el “caso Garzón” está en juego la defensa de la Justicia y la soberanía nacional.
No se trata de una lucha contra los restos del franquismo en España. La defenestración del juez ha sido una imposición directa del Imperio, para quebrar una línea de Justicia Universal que atacaba el corazón de la intervención Imperialista de EEUU en el mundo. ¿Cómo tolerar que alguien trate de llevar a los tribunales la actuación de sus dictadores vicarios, como Pinochet, y sobre todo a sus Secretarios de Estado, como Kissinger, padrinos de guerras y sangrientos golpes de Estado en medio mundo?
Al defender a Garzón, esta es la cuestión.