Los fundamentos del marxismo: Trabajo asalariado y capital (1)

Cuando todo ya es una mercancí­a

Las condiciones fundamentales necesarias para que exista la producción capitalista exigen polarizar el mercado de mercancí­as en dos tipos muy distintos de poseedores: de un lado los propietarios de dinero, medios de producción y artí­culos de consumo, deseosos de aumentar el valor de su propiedad mediante la compra de fuerza de trabajo ajena, del otro, obreros libres y desheredados obligados a vender su fuerza de trabajo. Esta «polarización» entre capital y trabajo asalariado constituye el fundamento sobre el que se eleva todo el modo de producción capitalista.

Caital y trabajo asalariado son los dos polos antagónicos de una relación social de producción. Son una relación burguesa de producción, una relación de producción propia de la sociedad burguesa. Para comprenderla debemos remitirnos a la forma elemental en que se presenta la riqueza de las sociedades en que domina el modo de producción capitalista: la mercancía. En el capitalismo, a diferencia de otros modos de producción anteriores, el hombre, la fuerza de trabajo que alberga, se ha transformado en una mercancía. ¿Qué es una mercancía? Para que un producto del trabajo humano se transforme en mercancía debe satisfacer una necesidad social –determinado de forma objetiva porque existe una demanda en el mercado-, y el trabajo para su producción debe formar parte del trabajo social, de la división social del trabajo. Producir un objeto para consumo propio dará un producto, pero no una mercancía. ¿Cómo se determina el valor de las mercancías? Para que todas las mercancías puedan intercambiarse en el mercado debe haber una sustancia común a todas ellas: el trabajo social, medido por su tiempo de duración. El valor de una mercancía está determinado, pues, por la cantidad de trabajo que alberga. Entendiendo que al trabajo último invertido en ella, habrá que añadir el que se invirtió antes. Será por tanto la cantidad de trabajo social que se invierte en todo su proceso de producción. Y que estamos hablando de trabajo social, no de cuánto ha costado la producción de tal o cual mercancía. Depende de la cantidad de trabajo socialmente necesario (TSN) es decir, trabajo bajo determinadas condiciones sociales medias de producción. ¿Cómo se establece el precio de las mercancías? El precio es la expresión en dinero del valor de una mercancía. Expresa, por tanto, la cantidad de trabajo socialmente necesario. Todas las mercancías iguales tienen un precio igual, independientemente de sus condiciones de producción. Por la incidencia de la oferta y la demanda, de la competencia entre vendedores, entre compradores, o entre compradores y vendedores, el precio presenta oscilaciones coyunturales respecto al valor, pero visto en un periodo de tiempo amplio, ambos tienden a coincidir. La existencia de una clase despojada de cualquier medio de subsistencia, y obligada para sobrevivir a vender su fuerza de trabajo, transformada en una mercancía, está en la base de la explotación, de la misma existencia del capital y el trabajo asalariado. El obrero no vende su trabajo, sino su fuerza de trabajo En el régimen de producción capitalista, el obrero no vende su trabajo, lo que produce, sino que vende, durante el tiempo que ocupa la jornada laboral, su fuerza de trabajo, transformada en una mercancía. Esta es una característica particular del modo de producción capitalista. El esclavo era vendido él mismo, una sola vez y para siempre. El siervo estaba adscrito a la tierra. Para que un obrero venda su fuerza de trabajo ha de ser libre y ha de estar desheredado (no disponer de medios de vida de su propiedad). ¿Cómo se establece el valor de la fuerza de trabajo? Al igual que todas las demás mercancías, se determina por la cantidad de trabajo necesaria para su conservación o reproducción. Por el valor de los artículos de primera necesidad exigidos para producir, desarrollar, mantener y perpetuar la fuerza de trabajo. Un hombre tiene que consumir artículos de primera necesidad. Se desgasta y ha de ser reemplazado por otro, por tanto además del sustento propio, necesita sostener el de los hijos que le puedan reemplazar. Y otra cantidad de trabajo se la llega el aprendizaje que no es igual según los oficios o especialización. Todo esto variará según las condiciones sociales dadas. Es decir el nivel de vida tradicional de esa zona o país. No es lo mismo vivir en el campo o en la ciudad, en Marruecos o en España. El valor de los artículos necesarios para mantener y perpetuar la fuerza de trabajo variará.

Deja una respuesta