«¿Por qué están los mercados nerviosos? En pocas palabras, está cada vez más a la vista que la Fed ha jugado todas las cartas en su mano, y la economía todavía está en serios problemas. El problema central de la economía no es la falta de dinero para contratar a los trabajadores o conceder préstamos o que las tasas sean demasiado elevadas. Es la falta de contratación y la ausencia de préstamos, a pesar del colchón de efectivo que tienen muchas corporaciones y grandes bancos y que las tasas ya son muy bajas».
Mientras la economía está débil y cada vez más débil, los emleadores se muestran reticentes a contratar nuevos trabajadores y los bancos se muestran reacios a conceder préstamos a las pequeñas empresas. Mientras la contratación y los préstamos estén limitados, los consumidores serán reacios a gastar, y la economía seguirá débil. La declaración de la Fed el martes evitó las palabras deflación y recesión de doble inmersión. Pero los mercados las oyen, todavía, porque no es probable los esfuerzos de la Fed conduzcan a la nación a librarse de esos peligros. (THE NEW YORK TIMES) THE WASHINGTON POST.- Los esfuerzos del gobierno federal para estabilizar el sistema financiero en 2008 inundando los bancos con tanto dinero como fue posible, resultó una bendición para muchas empresas extranjeras y dejó a Estados Unidos asumiendo muchos más riesgos que los gobiernos que adoptaron un enfoque más estrecho, según un nuevo informe del panel que supervisa los 700 mil millones dólares del fondo de rescate del Tesoro. THE WALL STREET JOURNAL.- Las tensiones mundiales entre el dólar estadounidense, el yen y el yuan empeorarán en los próximos meses dado que las tres divisas tratarán de seguir siendo competitivas. El crecimiento en Estados Unidos, Japón y China —las tres principales economías del mundo— está decepcionando, con una floja demanda interna y una creciente dependencia de las exportaciones. No hay más que ver la rebaja que hizo el martes la Reserva Federal del crecimiento en Estados Unidos que han alentado a la entidad a ampliar sus medidas de liquidez. EEUU. The New York Times Cuando la Reserva Federal habla Fue una declaración de lo obvio la que se escuchó en todo el mundo. El comité de la Reserva Federal dijo el martes que la economía se había desacelerado recientemente y no se espera que mejore en el corto plazo. Junto con la evidencia de un menor crecimiento en China y Europa, la "noticia" desató una ola global de venta de acciones el miércoles. Al mismo tiempo, destacados pronósticos privados sobre el crecimiento en el segundo trimestre fueron revisados a la baja desde una lectura preliminar del 2,4 por ciento en Estados Unidos a menos del 2 por ciento. La respuesta del mercado envió un mensaje aún más fuerte que el comunicado de la Fed – que la economía necesita más y mejores ayudas de lo que se está haciendo y mucho más de lo que, por desgracia, es probable conseguir en el agrio ambiente político actual. Nadie debería estar sorprendido por los obstáculos al crecimiento citados por la Reserva Federal – el alto desempleo, el modesto aumento de ingresos, la menor riqueza inmobiliaria y el limitado crédito. Tampoco fue una sorpresa que la Fed se comprometiera a mantener las tasas de interés bajas, debido a la tambaleante economía. En la práctica, eso significa que los tipos a corto plazo se mantendrán controlados en cifras cercanas a cero en el futuro previsible. Y para mantener la presión a la baja sobre los tipos a largo plazo, como las hipotecas, se tiene previsto reciclar el rendimiento de los valores respaldados por hipotecas, adquiridos durante la crisis financiera, en valores del Tesoro. Ninguna de esas medidas sumarán mucho a la recuperación, en este caso, porque la Fed no está proporcionando un nuevo estímulo. Más bien, es simplemente la promesa de no cerrar el grifo antes de tiempo. También se comprometió a hacer más si la economía se deteriora aún más, una referencia a su capacidad –y, presumiblemente, su voluntad– para crear dinero nuevo y bombearlo en el sistema para crear crédito incluso más barato. ¿Por qué están los mercados nerviosos? En pocas palabras, está cada vez más a la vista que la Fed ha jugado todas las cartas en su mano, y la economía todavía está en serios problemas. El problema central de la economía no es la falta de dinero para contratar a los trabajadores o conceder préstamos o que las tasas sean demasiado elevadas. Es la falta de contratación y la ausencia de préstamos, a pesar del colchón de efectivo que tienen muchas corporaciones y grandes bancos y que las tasas ya son muy bajas. Mientras la economía está débil y cada vez más débil, los empleadores se muestran reticentes a contratar nuevos trabajadores y los bancos se muestran reacios a conceder préstamos a las pequeñas empresas. Mientras la contratación y los préstamos estén limitados, los consumidores serán reacios a gastar, y la economía seguirá débil. Un camino de salida sería una política fiscal de estímulo, pero el Congreso está atascado. Los recientes retrasos y recortes han demostrado que no se puede contar con los legisladores ni siquiera para proporcionar consistentes ayuda de emergencia, como las prestaciones por desempleo, o un soporte robusto para los problemas obvios, como en la crisis de los presupuestos estatales. Todavía no han tomado medidas para proporcionar nuevos incentivos para préstamos a pequeñas empresas, y mucho menos para apoyar o incluso debatir en serio audaces ideas para crear puestos de trabajo, como un organismo federal de apoyo para ayudar a financiar la reparación y reconstrucción de las infraestructuras de la nación. La declaración de la Fed el martes evitó las palabras deflación y recesión de doble inmersión. Pero los mercados las oyen, todavía, porque no es probable que los esfuerzos de la Fed conduzcan a la nación a librarse de esos peligros. THE NEW YORK TIMES. 11-8-2010 EEUU. The Washington Post Los rescates del EEUU beneficiaron a firmas extranjeras Brady Dennis Los esfuerzos del gobierno federal para estabilizar el sistema financiero en 2008 inundando los bancos con tanto dinero como fue posible, resultó una bendición para muchas empresas extranjeras y dejó a Estados Unidos asumiendo muchos más riesgos que los gobiernos que adoptaron un enfoque más estrecho, según un nuevo informe del panel que supervisa los 700 mil millones dólares del fondo de rescate del Tesoro. Los miembros del Grupo de Supervisión del Congreso, en un informe que debe presentarse el jueves, dan cuenta de que el amplio rescata financiero de Estados Unidos tuvo más impacto internacional de lo que lo hicieron los programas de rescate financiero más reducidos de otros países a las empresas de EEUU. Citan como caso de estudio el plan de rescate del gigante de seguros American International Group. Si bien el Tesoro comprometió hasta 70 mil millones de dólares a AIG a través de su Programa de Alivio de Activos en Problemas, afirma el informe, gran parte de ese dinero terminó en las arcas de los socios comerciales extranjeros en Francia, Alemania y otros países. Sólo el dinero que Estados Unidos vertió en AIG es igual al doble de lo gastado por Francia en su programa total de aportación de capital, y la mitad de lo que Alemania gastó. "Lo que queremos hacer hincapié con este informe es que no había datos sobre dónde iba este dinero, no hay información sobre dónde iba este dinero", dijo la presidente del panel, Elizabeth Warren, profesora de derecho de Harvard. "Sin esa información, nadie podía tomar una opción política reflexiva" sobre si pedir a los gobiernos extranjeros que contribuyeran a los rescates financieros. El informe insta a los reguladores a recoger más información sobre el flujo internacional de fondos en tiempos normales y para documentar el flujo de los fondos de rescate. Cita también la necesidad de que la comunidad internacional colabore en las respuestas para futuros colapsos financieros mundiales, e insta a los funcionarios de EEUU para emprender la planificación de las crisis periódicas y "juegos de guerra" para el sistema financiero internacional. THE WASHINGTON POST. 12-8-2010 EEUU. The Wall Street Journal Se intensificarán las tensiones entre divisas Nicholas Hastings Las tensiones mundiales entre el dólar estadounidense, el yen y el yuan empeorarán en los próximos meses dado que las tres divisas tratarán de seguir siendo competitivas. El crecimiento en Estados Unidos, Japón y China —las tres principales economías del mundo— está decepcionando, con una floja demanda interna y una creciente dependencia de las exportaciones. No hay más que ver la rebaja que hizo el martes la Reserva Federal del crecimiento en Estados Unidos que han alentado a la entidad a ampliar sus medidas de liquidez. Japón ha sido durante bastante tiempo la oveja negra de las tres. Los reiterados estímulos fiscales no lograron reactivar la demanda de los consumidores, e incluso los datos de pedidos industriales del miércoles decepcionaron a quienes esperaban un fuerte repunte. En los últimos meses, a medida que el dólar descendía hacia 85 yenes y el yen se volvía una divisa menos competitiva, las tensiones entre las divisas han empeorado. Hasta ahora, hay pocas señales de que Tokio vaya a hacer algo para detener la subida del yen, aparte de sus crecientes intervenciones verbales sobre los efectos dañinos de un yen fuerte. El Banco de Japón decidió en su última reunión no aplicar más medidas de relajación cuantitativa, algo que esperaba el mercado y que habría ayudado a hacer retroceder el yen. La otra opción –una intervención directa en el mercado– sigue estando sobre la mesa aunque es poco probable que vaya a suceder por ahora. En primer lugar, el Banco de Japón tendría que realizar esta intervención en solitario dado que no hay motivos para que ningún otro banco central le ayude. En segundo lugar, una intervención –impulsando al dólar– no sentaría bien a Washington dado que Estados Unidos intenta evitar volver a caer en una recesión. El Banco de Japón, no obstante, tiene un tercer problema: China. La mayor demanda de activos japoneses, a costa de los valores del Tesoro, aumenta la probabilidad de que el dólar pronto descienda por debajo del soporte clave de 85 yenes y se dirija hacia 80 yenes. Sin embargo, China es un problema mundial en más aspectos que éste. Los datos de comercio de China de julio mostraron que las exportaciones crecieron más de lo esperado, mientras que las importaciones no alcanzaron las previsiones, lo que sugiere que la demanda mundial sigue siendo fuerte, pero en China se está ralentizando a un ritmo más rápido del previsto. Esto hace pensar que Pekín ya no tendrá la confianza suficiente como para permitir que el yuan suba a mayor ritmo del que ha demostrado en las ultimas semanas, desde que el Banco de China anunció que flexibilizaría su divisa. Ante los temores a la deflación en Estados Unidos, no es probable que Washington esté dispuesto a permitir una fuerte recuperación del dólar en estos momentos. El miércoles por la mañana en Europa, el dólar mostraba bastante resistencia tras la decisión de la Fed de utilizar lo que recaude del vencimiento de las titulizaciones hipotecarias para comprar valores del Tesoro y evitar que se reduzca la liquidez del mercado. THE WALL STREET JOURNAL. 11-8-2010