Madrid: un joven apuñalado por nazis

Crisis y fascismo

Tan sólo dos meses después de que unas 3.000 personas, entre amigos, compañeros, familiares y miembros del colectivo antifascista madrileño homenajearan en Madrid al joven de dieciséis años, Carlos Palomino, asesinado en noviembre de 2007 por Josué Estébanez de la Hija (un militar perteneciente a Democracia Nacional), un nazi ha apuñalado a un miembro de los colectivos antifascistas.

Por suerte, sin consecuencias mortales. Fue or las inmediaciones de la calle Barceló, por la zona de Alonso Martínez, donde el chico fue apuñalado por la espalda. Han sido los compañeros del chico apuñalado los que le han identificado como miembro del colectivo antifascista, y han denunciado que el viernes se produjo otro apuñalamiento en la zona de Tribunal. Los enfrentamientos entre estos colectivos y los grupos nazis no han parado de sucederse desde la muerte de Carlos Palomino, en algunas ocasiones en forma de batalla campal (en la zona de Embajadores y Lavapiés) dentro de los meses siguientes al asesinato. No hay que olvidar que una manifestación días después del crimen, se pidió la dimisión de la entonces delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, por permitir las concentraciones de movimientos fascistas. Sin embargo, la imagen del enfrentamiento secular entre “bandas ultras de ideologías” encontradas no debe llevarnos a engaño sobre el fondo del problema. Ahora volverán de nuevo las explicaciones oficiales sobre las bandas juveniles y los hechos puntuales que no hay que sacar de contexto. Pero son señales. Señales ante los tiempos que se avecinan. Las bandas neonazis aumentan su actividad en tiempos de crisis. En barrios obreros. Allí donde pueden lanzar su mensaje. El terror y una aparente arbitrariedad, ambos pilotados, como un kamikaze contra los sectores más castigados de la sociedad por la crisis. Los inmigrantes, los homosexuales, la gente organizada… No ha habido detenciones todavía pero sin duda esto no es una delincuencia cualquiera. Dejarlo pasar es el peligro. Confundirse es el peligro. Y lo que ahora es un goteo mañana puede ser un aluvión.

Deja una respuesta