Salud

Crisis y Depresión: El Valor del Yo

Parecer ser que las consultas al psicólogo por temas relacionados con el ámbito laboral, han aumentado un 20% en los dos últimos meses. Según el Colegio Profesional de Psicólogos van en aumento de forma más que alarmante.»Fortalecer la autoestima, mecanismos de búsqueda de empleo y apoyo familiar» es la receta ante un diagnóstico de estrés con cuadros agudos de ansiedad. No sirve de nada que se remarque que esto, al mismo tiempo, «depende de cada persona»; el clima de opinión ya está lanzado. Criminal.

Según la Sociedad ara el Estudio de la Ansiedad y el Estrés – SEAS -se tiene depresión cuando se sufre inseguridad, temor, dificultad para decidir, pensar o concentrarse […] problemas digestivos, respiratorios, mareos, nauseas […] enfermedades infecciosas, incluso aquellos tipos de cáncer que tienen origen vírico”. Si es usted hipocondríaco deje de leer este artículo. Como reconocía Vicente Prieto, vocal de Clínica del Colegio Oficial de Psicólogos, en una reciente entrevista, el estrés generado por la pérdida del empleo o la inestabilidad laboral “multiplica más del doble la posibilidad de sufrir trastornos de ansiedad y depresión”. Y como la crisis nos afecta a todos se entiende que el riesgo es de todos, aunque “no se pueda determinar una causa-efecto entre ambos. Influye determinantemente cómo sea el sujeto”. Vayamos pues a una explicación para todos: En las modernas sociedades de capitalismo desarrollado la determinación del tiempo de vida dedicado cada vez más al salario y la degradación de la propia concepción del yo, han generado una base ideológica mercantilista inaceptable desde cualquier parámetro, desde luego desde un punto de vista popular. Lo que se impone es que solo se está y solo se sirve para trabajar, pagar y generar beneficios para otros, como si cuando dejaras de hacerlo ya no sirvieras para nada. Esto pasa con nuestros mayores, que dependiendo de su origen social, disfrutarán de una jubilación entretenida y ociosa mientras dure, o de la soledad y el desamparo en la medida que se tenga familia que le cuide a uno. Pero tanto en un caso como en otro, vienen a decirnos que servir, ya no sirves para nada más; se es un objeto inservible. Al mismo tiempo la concepción reformista de las condiciones de vida y su exigencia ha degenerado en el aislamiento y “la depresión”. Si alguien no tiene trabajo, por muy mal que se sienta lo que necesita no es un psicólogo sino trabajo. Al contrario, en los países del Tercer Mundo la tendencia es a la organización y la solidaridad popular. La gente se busca las castañas y ejemplos tenemos muchos, como el del corralito de Argentina. Sin embargo en los países de capitalismo desarrollado con la dirección de la socialdemocracia sobre el movimiento obrero y revolucionario, ese papel lo juega el Estado promoviendo la atomización del individuo, la desorganización a través de la subvención y el control de cualquier organización popular del carácter que sea. Además, ya sabemos que el Estado hasta ahora solo se ha dedicado a solidarizarse con la Banca. Según Freud el duelo es, por regla general, “la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal… “ En la crisis de los años 80 y el proceso de desindustrialización, existía un fuerte movimiento revolucionario en descomposición – el norte perdido – y una izquierda que traicionó los principios que se le suponían, pero no existía el peligro, como ahora, de que uno se quedase sin nada. Como escribió Freud: “el conflicto en el interior del yo, tiene que operar a modo de una herida dolorosa que exige una contrainvestidura grande en extremo”… en definitiva, otra alternativa – objeto de deseo – a la que no queramos asesinar.

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