Indicadores de la crisis

¿Crisis? para muestra un coche

Al mismo tiempo que, directivos de la multinacional Toyota vaticinan, en un estudio que España tardará diez años en recuperarse.

Si el automóvil es un indicativo de la caacidad de consumo de los españoles, las cifras de ventas no auguran nada bueno. Las cifras reflejan una caída del 48,8% menos en relación a febrero del año pasado. Es la mayor caída de la historia de este indicador que ha situado el volumen de matriculaciones a la altura de los de 2003. Y eso que se trata de un dato estadístico porque mientras las ventas a particulares descendieron en torno a un 40%, las de las empresas que se dedican al alquiler de coches, que hasta ahora habían maquillado los datos del sector, bajaron hasta un 80%.Al mismo tiempo, para empeorar aún mas las cosas, el consejero delegado de Toyota España, Daniele Schilacci, ha anunciado que, según un estudio elaborado recientemente, prevén que España tardará por lo menos una década en recuperar los niveles de ventas de 2007.Sin embargo, no todos coinciden en los diagnósticos.. Tanto Germán López Madrid, presidente de la Asociación Nacional de Importadores de Automóviles, Camiones y Motocicletas (Aniacam), como el de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), Juan Antonio Sánchez consideran que la industria está seriamente amenazada en España y que no va a haber mas ayudas para la adquisición de coche.Por el contrario, el Presidente de la Patronal de Concesionarios (FACONAUTO), Antonio Romero-Haupold, cree que aún hay margen porque se está comparando un periodo muy bueno, el primer semestre de 2008, con uno muy malo, el primer semestre de 2009. Al mismo tiempo que la demanda se mantiene pero que la espera que “el gobierno se decida a das unas ayudas directas”. Sin embargo, reconoce que si después de mayo, cuando empezaron a descender las ventas el año pasado, se mantienen estas cifras, se produciría una “caída sobre caída”, lo que sería un dato muy malo.No obstante, todos coinciden en que la alternativa para las ventas y, en consecuencia, para la supervivencia del sector es la intervención del gobierno, es decir, una inyección de dinero público en diferentes versiones, es decir, dinero de todos. Y para rematar esta expectativa, por increíble que pueda parecer, Alemania, ante la posibilidad de la ruptura de GM con Opel, ha solicitado al gobierno español “ayuda económica” para mantener la Opel en España.

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