Cae el gobierno de la Republica Checa

Crisis, despidos y xenofobia

podrí­a complicar los esfuerzos checos para combatir la crisis económica y echar por tierra los tratados de defensa sobre misiles entre EEUU y República Checa, el proyecto clave del primer ministro, Mirek Topolanek, en materia de polí­tica exterior.

El Gobierno de coalición de la Reública Checa, encabezado por el conservador Mirek Topolanek, cayó hoy por un solo voto de diferencia, al prosperar una moción de censura en el ecuador de su gestión al frente de la presidencia de turno de la Unión Europea (UE).De los 197 diputados presentes en la Cámara baja (sobre un total de 200), la oposición reunió 101 votos, el mí­nimo necesario que establece la Constitución para hacer caer al Gobierno.La derrota de Ejecutivo de Topolanek se produjo gracias a los votos de cuatro diputados rebeldes de su propia coalición, que seguirá gobernando hasta el nombramiento de un nuevo Gabinete, un proceso que puede durar varios meses.Por esa razón, el jefe del Gobierno ahora derrotado, que desde el inicio de su presidencia del Consejo comunitario ha afrontado importantes crisis, como la del gas ruso o la de Gaza, además de la crisis económica, se dispone ahora a encabezar, en nombre de la UE, la reunión del G-20, convocada para el 2 de abril en Londres.Poco después, los checos acogerán una cumbre entre la UE y Estados Unidos a principios de abril, en la que participaran jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete Estados comunitarios y el presidente estadounidense, Barack Obama.Tras la votación de hoy, Praga pierde «su poder de negociación» en los consejos europeos, según reconoció el propio Topolanek, para bromear después diciendo que la administración checa está casi mejor preparada que los polí­ticos y «lo superará».Mientras tanto, el lí­der de la oposición socialdemócrata, Jiri Paroubek, aseguró que «tolerará» al actual Gobierno hasta el fin de la presidencia de la UE en junio, momento en el que, según él, deberí­a nombrase un gobierno de tecnócratas hasta las próximas elecciones.»Topolanek ha recibido lo que se merecí­a», aseguró Paroubek, para criticar lo que entendí­a como una falta de respuesta del Ejecutivo de coalición a la crisis económica.El actual Gabinete del gobierno de coalición tomó posesión a principios de 2007, después de más de seis meses de incertidumbres postelectorales.Durante ese medio año de negociaciones no prosperó la investidura de un Ejecutivo conservador en minorí­a salido de los comicios legislativos de junio de 2006.La actual presidencia de la República checa concluye el 30 de junio, fecha en la que tomará el relevo Suecia, y habrá que esperar a las próximas semanas para valorar las consecuencias. Se teme que la inestabilidad interna pueda dificultar los esfuerzos para ratificar el Tratado de Lisboa.El Senado checo debí­a aprobar el texto en abril, pero la actual crisis puede retrasar esa cita, que, en cualquier caso, tendrí­a ahora un resultado más incierto, ya que era Topolánek quien arrastraba al resto de su partido a favor del Tratado que, en sus varias versiones, intenta reformar la UE desde hace una década.También podrí­a complicar los esfuerzos checos para combatir la crisis económica y echar por tierra los tratados de defensa sobre misiles entre EEUU y República Checa, el proyecto clave del primer ministro, Mirek Topolanek, en materia de polí­tica exterior.En Chequia hay una importante corriente euroescéptica, que sabe que su paí­s no tiene otra opción que estar dentro de la Unión Europea, pero que no quiere que la Unión dé más pasos hacia la unidad polí­tica.El principal representante de esa corriente es el propio presidente checo, Vaclav Klaus. Se niega a firmar el Tratado de Lisboa, a pesar de que ya ha sido aprobado por el Parlamento de Chequia, y en una reciente comparecencia suya ante el Parlamento Europeo montó un escándalo cuando comparó a la Unión Europea con la Unión Soviética.Chequia atraviesa una grave crisis económica que afecta a sectores clave para la industria del paí­s como el automóvil y en el mes de enero dejó a 50.000 personas en paro. El Gobierno de Topolanek cuenta con una recesión de hasta el 2% del PIB en 2009.Según datos de la Comisión Europea, unos 170.000 emigrantes no comunitarios trabajan en Chequia, que cuenta con una población de 10,5 millones de habitantes.El gobierno Checo ha echado mas leña al fuego de las protestas xenófobas que surgen por todo el paí­s, con una considerable actividad de grupos neo-Nazis ,quiere expulsar a todos los trabajadores extranjeros que se hayan quedado en paro por culpa de la crisis económica, que golpea con fuerza al paí­s centroeuropeo.En los últimos meses, diversos colectivos checos antifascistas han organizado actos de protesta en Praga para condenar la violencia y el racismo de grupos neonazis contra emigrantes y miembros del colectivo gitano. Primero cayó el gobierno de Islandia, un paí­s que no pertenece a la Unión. Luego el de Letonia, un paí­s de la UE. Este sábado tiraba la toalla el primer ministro húngaro, Ferecz Gyursany, incapaz de hacer frente a la crisis económica que está pudriendo a su paí­s. Ahora, de manera algo inesperada, ha caí­do el gobierno checo. Tal vez el gobierno checo no sea el último en caer como consecuencia de la crisis económica mundial. Las ayudas financieras aprobadas en la cumbre de la semana

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