Cargando...Iñigo Urkullu, el presidente del PNV, ha comparecido, acompañado por los ex consejeros de Interior Javier Balza, Juan María Atutxa y Juan Lasa, para exigir a Patxi López, el lehendakari del nuevo gobierno autonómico vasco que corte de raíz las denuncias, efectuadas por dos ertzainas en Antena 3, de haber recibido órdenes de no detener a etarras. Para evitar que «cunda y cale» ese discurso en la sociedad vasca. Este es su profundo miedo. Que se haya empezado a decir en voz alta, públicamente, lo que todo el mundo decía en voz baja, en privado. Y que se pueda seguir diciendo. Que se denuncie y se investigue para que los responsables de que la Ertzaintza no se dedicara a perseguir a ETA, a desarticular sus comandos y a detener a sus terroristas callejeros, tengan que responder ante la justicia.
Porque no se uede cortar ahora el viento por la libertad y por la verdad. No se pueden ocultar durante más tiempo los hechos y la realidad. Si acabar con ETA y sus actividades terroristas en el País Vasco era el objetivo prioritario de la Ertzaintza, la policía autónoma vasca, sólo los datos dirán si esa ha sido la realidad. ¿Cuántos comandos de ETA ha desarticulado la Ertzaintza? ¿Cuántos miembros de los grupos organizados para quemar autobuses y aterrorizar a sus ocupantes, organizados para incendiar oficinas y comercios poniendo en peligro las vidas y los hogares de los vecinos, organizados para crear el caos y todos los destrozos posibles en las calles vascas, han sido detenidos? ¿Cuántos de estos miembros, por tanto, han podido pasar impunemente a formar parte de los comandos de ETA? Si el PNV quiere que no se hable del fin de la pasividad de la policía vasca durante todos los años que ellos han gobernado en el País Vasco, sólo tienen que hacer públicos los datos, los resultados del trabajo antiterrorista de la Ertzaintza. Como hacen periódicamente la Guardia Civil y la Policía Nacional. Es muy fácil contrarrestar lo que Urkullu califica de “campaña de descrédito”. Demostrarlo con hechos, con los datos.