Japón afirma que destruirá el proyectil coreano si supone un riesgo

Corea del Norte repite órdago

En un nuevo órdago a su vecino oriental -y tradicional antagonista- el régimen norcoreano pretende lanzar un proyectil a la estratosfera cuya órbita de lanzamiento pasará necesariamente por territorio japonés. Al igual que en 1998, donde Pyonyang lanzó un cohete sobre territorio de Japón -que finalmente se estrelló sobre el Pací­fico- las autoridades niponas han respondido alarmadas ante la posibilidad de que fragmentos del proyectil caigan sobre suelo japonés. Pero a diferencia de aquella ocasión, Tokio dispone ahora de un sistema de defensa antimisiles, y se ha mostrado resuelto a usarlo en caso de riesgo para el paí­s. Corea del Norte ha respondido que considerará un acto de guerra el derribo del cohete.

El Ministerio nión de Defensa ordenó hoy a las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército japonés) que se preparen para interceptar el cohete o alguna de sus partes si éste yerra en su trayectoria y corre el riego de caer sobre territorio nipón. Corea del Norte pretende lanzar un satélite entre los días 4 y 8 de abril que podría ocultar la prueba de un misil intercontinental, según fuentes de inteligencia de Corea del Sur, EEUU y Japón, que lo consideran una provocación y una amenaza. No es una alarma infundada. El satélite estará impulsado por un cohete "Taepodong-2", versión de largo alcance del misil de alcance medio "Taepodong-1" que el régimen norcoreano lanzara en 1998 sobre el cielo de Japón, causando gran alarma. En aquella ocasión el misil perdió el control, cayendo sus fragmentos y el cuerpo finalmente sobre el Pacífico.En aquel entonces, Tokio no pudo sino protestar enérgicamente ante el pulso de Pyonyang, un régimen que suele recurrir a estos órdagos para forzar a que se restablezcan negociaciones con él. La reciente escalada de tensión con su vecino surcoreano ha sido interpretada en buena medida como una toma de medidas de la nueva administración Obama y del grado de robustez del brazo diplomático de Hillary Clinton. Bien podría tratarse ahora de una continuación de esta política de Corea del Norte.Pero ahora el gobierno japonés ha decidido responder a la provocación. Desde el incidente del 98, los nipones han llevado al límite las restricciones que les impone su Constitución –impuesta por EEUU al término de la II Guerra Mundial, para impedir el resurgimiento de un Japón militarista- y se han esforzado en desarrollar un sistema antibalístico similar al de EEUU. Tokio dispone ahora de un sistema en tierra de baterías de misiles "Patriots" y en el mar dos destructores equipados con el sistema de detección antimisiles "Aegis". Sin embargo, no pocos expertos dudan de la efectividad del sistema antimisiles japonés, dados los mediocres resultados obtenidos en los simulacros. Dificultad añadida si se trata de interceptar la trayectoria errática de un fragmento de lanzadera cayendo a la atmósfera.Por ello, el gobierno japonés ha solicitado la ayuda de la US Navy, que ha anunciado que enviará buques a la zona. La tensión se eleva, y Pyongyang ha avisado que considerará un acto de guerra la interceptación de un satélite de comunicaciones que según ellos tiene fines pacíficos.

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