Reacción norcoreana a la resolución de la ONU

Corea del Norte no se arruga

Lejos de ceder ante las presiones internacionales, el régimen norcoreano endurece más su postura a cada gesto condenatorio de Washington y las Naciones Unidas. A pesar de las reticencias iniciales de Rusia y China -el gran valedor internacional de Pyongyang-, el Consejo de Seguridad de la ONU acordó por unanimidad el endurecimiento de las sanciones existentes contra Corea del Norte, a raí­z del lanzamiento del proyectil -un satélite según Pyongyang, un misil según los demás- sobre el cielo de Japón la semana pasada, «al suponer una contravención de la resolución 1.718», adoptada por ese mismo órgano en octubre de 2006 después de la prueba nuclear norcoreana.

La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU se alcanzó or las presiones de la embajadora de EE UU, Susan Rice, que ha sostenido que es "firme y, sin lugar a dudas, condena una contravención de una resolución anterior del Consejo de Seguridad".Pyongyang había advertido que tomaría como una injerencia cualquier resolución condenatoria, y ha declarado que seguirá con su programa nuclear pese a quien le pese. "Si el Consejo de Seguridad toma alguna decisión al respecto, la consideraremos una invasión de nuestra soberanía y tendrá consecuencias firmes", manifestó el embajador de Corea del Norte en el organismo internacional.Pyongyang expresó su determinación de defender su "derecho soberano" al uso pacífico del espacio y de la energía nuclear, contra "la tiranía" del Consejo de Seguridad de la ONU, y que seguirá investigando “la forma de construir un reactor de agua ligera, recuperar las instalaciones nucleares y reprocesar las barras de combustible nuclear", reabriendo una planta procesadora de plutonio.El régimen de Kim Jong il consideró además que el diálogo a seis bandas para su desnuclearización, en el que participan las dos Coreas, China, Japón, Estados Unidos y Rusia, puede "ya no ser necesario", ya que aseguró que "ya no participará más en esas negociaciones y no se verá obligado por ningún acuerdo logrado en esas conversaciones".Sin embargo, aún está por ver claramente el papel de Pekín en este asunto. Si bien es evidente que el régimen norcoreano actúa en buena medida de acuerdo a sus intereses y exigencias, y que sus agresivas formas y maneras nada tienen que ver con la sutilidad y la finura de la diplomacia china, tampoco es ningún secreto que Corea del Norte –un país aislado y hundido económicamente- puede actuar así gracias al plácet de China. Sobre el Mar Amarillo no chocan simplemente Pyongyang contra Seúl o Tokio. Sobre sus aguas colisionan las esferas de influencia de una superpotencia en declive y la cabeza de un Asia en ascenso.

Deja una respuesta