Corea del Norte expulsa los inspectores de la ONU

Corea continua con el órdago

Los norcoreanos prometieron boicotear las negociaciones sixpartitas sobre desarme nuclear, expulsar a los inspectores y reanudar su programa atómico.

Los insectores del Organismo Internacional de la Energí­a Atómica (OIEA) han apagado las cámaras y han abandonado las instalaciones donde Corea del Norte desarrolla su programa nuclear, según un diplomático cercano al organismo. El Gobierno norcoreano habí­a anunciado ayer que interrumpe su colaboración con la OIEA y ordenó a los inspectores internacionales que vigilan la actividad del reactor de Yongbyon que abandonen el paí­s.Corea del Norte festejó el miércoles el nacimientodel fallecido fundador del estado comunista Kim Il Sung en medio de las amenazas del régimen de reanudar su programa nuclear, expulsar a los inspectores de las Naciones Unidas y abandonar las negociaciones internacionales de desarme.Corea del Norte, que sostiene haber puesto en órbita un satélite de comunicaciones el 5 de abril, reaccionó airada el martes ante la condena del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por el lanzamiento.Los diplomáticos del consejo lo consideraron una violación de las resoluciones que prohiben a Pyongyang realizar pruebas con misiles balí­sticos, incluyendo el lanzamiento de misiles de largo alcance.Los norcoreanos prometieron boicotear las negociaciones sixpartitas sobre desarme nuclear, expulsar a los inspectores y reanudar su programa atómico.La Agencia Internacional de Energí­a Atómica, organismo supervisor dependiente de la ONU, confirmó que Pyongyang ordenó a los inspectores que retiren los sellos y las cámaras de televisión de su principal complejo nuclear y que abandonen el paí­s.Japón se unió a Rusia y Estados Unidos en pedir a Corea del Norte que vuelva a las negociaciones de desarme en las que, además de esas cuatro naciones, participan Corea del Sur y China y que en 2007 produjeron un pacto por el que Pyongyang se comprometió a desmantelar su programa nuclear, a cambio de ayuda.»En base a la estrecha cooperación con todas las partes envueltas, empezando con Estados Unidos, queremos demostrar el avance logrado en las conversaciones sixpartitas», dijo el miércoles en Tokio el secretario jefe del gabinete Takeo Kawamura.El gobierno surcoreano aún no ha suspendido las negociaciones multilaterales sobre el programa de armamento atómico norcoreano pese a la salida de Pyongyang, dijo hoy el primer ministro Han Seong Soo en entrevista con dpa en Seúl, antes de viajar a Alemania el próximo fin de semana. «Pensamos que el diálogo a seis bandas es el único foro en el que debe debatirse y en el que puede solucionarse la cuestión nuclear», consideró el jefe de gobierno surcoreano. «No creo que esté muerto», dijo en referencia al diálogo. Sin embargo, no hay que esperar a que Corea del Norte vuelva a la mesa de negociaciones, advirtió. Lejos de ceder ante las presiones internacionales, el régimen norcoreano endurece más su postura a cada gesto condenatorio de Washington y las Naciones Unidas. A pesar de las reticencias iniciales de Rusia y China -el gran valedor internacional de Pyongyang-, el Consejo de Seguridad de la ONU acordó por unanimidad el endurecimiento de las sanciones existentes contra Corea del Norte.El régimen de Kim Jong il consideró además que el diálogo a seis bandas para su desnuclearización, en el que participan las dos Coreas, China, Japón, Estados Unidos y Rusia, puede «ya no ser necesario», ya que aseguró que «ya no participará más en esas negociaciones y no se verá obligado por ningún acuerdo logrado en esas conversaciones».Sin embargo, aún está por ver claramente el papel de Pekí­n en este asunto. Si bien es evidente que el régimen norcoreano actúa en buena medida de acuerdo a sus intereses y exigencias, y que sus agresivas formas y maneras nada tienen que ver con la sutilidad y la finura de la diplomacia china, tampoco es ningún secreto que Corea del Norte -un paí­s aislado y hundido económicamente- puede actuar así­ gracias al plácet de China. Sobre el Mar Amarillo no chocan simplemente Pyongyang contra Seúl o Tokio. Sobre sus aguas colisionan las esferas de influencia de una superpotencia en declive y la cabeza de un Asia en ascenso.Corea con su movimiento a removido la correlación de fuerzas internacional, mantenerse constantemente como una amenaza para la seguridad en la zona le hace merecedora de la atención de todos los actores, poniéndoles de acuerdo en restablecer el dialogo. El movimiento añade aún más tensión a las relaciones entre Washington y Pyongiang, deterioradas desde hace semanas en torno al lanzamiento que EE UU considera una prueba nuclear, y las maniobras conjuntas entre Corea del Sur y el paí­s norteamericano cerca de la frontera, consideradas pyongyang como una seria provocación.EEUU y sus aliados sospechan que el satélite sea una excusa de Corea del Norte para realizar pruebas nucleares. El anuncio de Pyongyang fue visto como un intento de presionar a la Administración del presidente estadounidense, Barack Obama, y a Corea del Sur y Japón, para que suavicen su postura con el paí­s.

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