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Corazón Flamenco

El Duende en la Meseta sigue haciendo de las suyas. Subida al escenario del Teatro de La Latina, Belén López despliega una abanico de tangos, bulerí­as, alegrí­as y soleás… capoeira, samba y rock and roll. El espectáculo se llama «A mi manera» la reacción del público «rendición». Un reconocimiento estruendoso de aplausos ininterrumpidos a una joven bailaora que ofreció en bandeja de depurada técnica, un baile atrevido, nuevo y mestizo.

Belén Lóez, de 22 años, se arrancó con las notas de un fado de deleite, interpretado por Mariza, sembró bocas abiertas con el “My way”, de Sinatra, aflamencado, y guiñó entre giros a sus productores, Antonio Carmona, de Ketama, y su mujer, Mariola Orellana. En La Latina hasta el 12 de julio. Belén es de Tarragona y llegó al baile sin justificación, ni familiar, ni de origen, ni de tradición, ni de raza. Desembarcó en Madrid con su madre, con tan solo 12 años, y ha acabado recibiendo consejos de El Chispa, la leyenda y el hogar del flamenco en uno de tantos rincones en los que se refugia el Duende en la Meseta. El público quedó callado tras el último giro. Fueron segundos de expectación y asombro, como si todos tuvieran miedo de ser los primeros en aplaudir y no hacerlo lo suficientemente contundente, que no sonara a menosprecio ante el derroche de energía y estilo hecho por la bailaora. Después jaleos y vivas, artes y mushos, vítores y clapidos de mano rota. Desde la danza del vientre hasta el zapateao, con volantes o camales, dirigiendo o dejándose llevar, olvidándose de todo, hasta del sudor y el maquillaje escurriéndose, o marcando cada parte del espectáculo… Belén ocupó y llenó la sala entera. El escenario se le quedó pequeño. “Fui a la Feria de Abril de mi barrio y como veía a las niñas vestidas de flamencas que se movían sin gracia yo me ponía a moverles los volantes, a darles aire a sus vestidos y a bailotear. Sinceramente, creo que nací con unos zapatos de baile puestos […] Yo entiendo por relatos de la historia que cuando empezó el flamenco la gente llegaba de trabajar, de la mina, del campo y se sentaba en las tabernas y cantaba y bailaba las penas que tenían […] Sobre el escenario hay que decir: señores este soy yo, este es mi corazón y hagan lo que quieran con él.” Su carrera empezó siendo estafada en un espectáculo y debiendo 12,5 millones de pesetas. Junto a su madre, hipotecaron su casa de Barcelona y se propuso conquistar Madrid y el corazón del Duende. Ahora el reconocimiento es internacional y su ascenso vertiginoso. De encarecidísima recomendación

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