Ciencia

Corazón de Hierro

La raza humana tiene una deuda endiente con la Tierra. La inmensa mayoría de los trabajos de investigación nos han permitido conocer al detalle la composición interna de los planetas del Sistema Solar, excepto el nuestro. Y ya iba siendo hora que se saldara dicha deuda.Hace 150 años, se descubrió que existía una relación entre las rocas terrestres y las fuerza gravitacionales del Sol y la Luna, dando a entender que el interior de la Tierra está formado por capas de diferente composición. En 1906, el sismólogo R. D. Oldham descubrió la reducción d velocidad de las ondas sísmicas al pasar de la corteza al núcleo, cuya única explicación es que el núcleo sea líquido. Este medio de investigación se fue perfeccionando hasta que se llegó a un modelo en el cual el núcleo tiene un centro sólido formado por cristales de hierro y níquel, y rodeado de material líquido. Aunque esto no da respuesta a otras preguntas, como el origen de esa estructura, su relación con el campo magnético terrestre y su futura evolución.Desde entonces hasta ahora, ha habido tal cantidad de avances en el estudio del interior de la Tierra, que ha permitido la creación de la película de ciencia-ficción “El Núcleo”, del director John Amiel. En esta película explica la rotación del núcleo terrestre y la capa exterior líquida, principales responsables del campo magnético terrestre, protector de las radiaciones del polvo solar y los rayos cósmicos. El carácter conductor del hierro, asociado a esta rotación, y las células convectivas de la capa externa líquida son los responsables de su existencia y mantenimiento. Sin este campo magnético, la vida en la Tierra no sería posible.Aunque el modelo de núcleo iniciado por Oldham es el más aceptado, no deja de ser un modelo basado en métodos deductivos. Otros investigadores plantean diversas propuestas para un conocimiento más objetivo de la composición del núcleo. Uno de ellos, David J. Stevenson, propone realizar una fisura de 30 cm de ancho y varios metros de profundidad, rellenarlo de hierro fundido e introducir una sonda de pequeño tamaño, la cual enviaría datos de las diversas capas que recorrería en su descenso, gracias a la alta densidad del hierro fundido con respecto al manto y la corteza. Pero la ingente cantidad de hierro fundido necesario (la producción mundial de una semana) hace momentáneamente inviable este proyecto.Una segunda línea de investigación aboga por la creación de una simulación de las condiciones de presión y temperatura del núcleo terrestre, y el estudio de diversos materiales en dichas condiciones. Por ejemplo, un equipo investigador de Suecia, Alemania, Francia y Rusia ha utilizado las instalaciones del sincrotrón europeo ESRF, sito en Grenoble, Francia, para desarrollar dichas condiciones. Esto ha demostrado que el hierro y la sílice, en unas condiciones determinadas de presión y temperatura, dan lugar a óxido de hierro, un material muy conductor, pero conforme aumenta la presión, los materiales conductores se dispersan. Ésta podría ser la causa de los cambios en el eje de rotación de la Tierra a lo largo de sus cuatro mil millones de años de existencia, pero es una pregunta que a fecha de hoy todavía no tiene una respuesta clara.

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