La crisis cambia la visión de aquel que se lantea montar un negocio. En Cartagena valoran la situación destacando el tipo de tiendas y locales que abren sus puertas a pesar de la situación económica. Numerosos son los comercios que cierran sus puertas y dejan locales vacíos, a pesar de nuevas aperturas el número de comercios disminuye inevitablemente y los nuevos comercios se basan en sencillez y precios bajos que puedan dar una respuesta competitiva en estos momentos de crisis. Establecimientos de ropa y calzado son los que mayormente se abren paso, aunque e tipo de comercio cambia las formas, los productos y los precios, ahora la mentalidad cambia obligada por la situación. Mucha sencillez, productos accesibles y de uso práctico y cotidiano, se busca los precios competentes bajo un tipo de producto sencillo, el objetivo, no bajar de calidad, solo buscar una calidad precio que interese al consumidor que centra su economía más en las necesidades cotidianas que en la exclusividad y la marca que en tiempos de bonanza se vendía fácilmente. De esta forma el centro de Cartagena, históricamente comercial, en esta ciudad de puerto, ve nacer un nuevo tipo de negocio más popular y sencillo, que busca el sentido práctico y el servicio cercano. Los valientes que se han atrevido a montar negocio en estos meses manifiestan la crudeza de la situación, sobre todo en los primeros meses de apertura en los que hay que confiar, y esperar para dar un trato cercano y unos precios apetecibles y poco a poco ir manteniendo el negocio. Situaciones que se complican por la falta de financiación y por el respeto cuanto mínimo que da la crisis a la hora de plantearse abrir un comercio en la situación actual. En una época en la que la tendencia del comercio es la disminución y el cierre, los que se atreven y apuestan por abrir nuevos negocios se hacen noticias debido a la situación crítica en la que se abren paso. Una situación en la que no se ponen medidas para el estímulo de los nuevos negocios, no se da alternativa para pequeñas empresas que se ven devoradas por impuestos que no corresponden con un baremo justo, que suponen una lastra para los pequeños comerciantes para los que cada día se hace más difícil la supervivencia. Los centros urbanos ven quedarse locales vacíos y cerrados en donde antes era un bullicio de tiendas, bares de tapas y otros negocios. Hoy el comercio cambia formas y productos para adaptarse a una nueva época.