Crisis en Euskadi

Continúa el desplome en el sector automóvil

Para que la planta alemana trabajase a un ritmo normal deberí­a recibir 474 pedidos de vehí­culos diarios, cuando la cifra actual es menos de la mitad. En Enero fueron 230 pedidos diarios, en febrero la cifra ha bajado a 201 pedidos, hoy está previsto que se conozcan los últimos pedidos. Si vuelven a bajar tendrá graves consecuencias no sólo para los trabajadores de la planta sino para toda la industria auxiliar que depende de la producción de la multinacional. Es un dominó. Muchas de esas empresas están ya con Expedientes de Regulación o en suspensión de pagos.

Ahora mismo se trabajan 8 días al mes, sólo alicando las medidas de flexibilidad previstas en el convenio. Si aplicase el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que tiene previsto, supondrá detener la actividad sesenta días de este año.Hoy mismo va a reunirse la recién creada sección estatal del grupo Mercedes Benz del sindicato USO con la dirección de la empresa para analizar la situación actual de la empresa, las expectativas de futuro del plan integral del automóvil, así como las medidas para hacer frente a la crisis del sector.El futuro actual del sector del automóvil y sus trabajadores es cada vez más incierto. Y esto nos entraña a un problema de modelo económico. Si bien hay una crisis a nivel mundial es muy importante tener en cuenta las especificidades de la economía española. Antes de la crisis, España a pesar de ser el séptimo país productor del mundo en este sector, nuestra balanza comercial se saldaba en negativo. La relación de las plantas asentadas en suelo español mantiene una relación de desigualdad con las casas matrices. De esta manera aquí estamos especializados fundamentalmente en la producción de automóviles de baja y media gama que aparte de aquí vendemos fundamentalmente a Francia y Alemania, mientras que todos los coches de gama alta, más caros han de ser importados, así como sus patentes o accesorios.Si esto pasaba durante en los tiempos de bonanzas es imposible que esa relación desigual no se agudice en los tiempos de crisis y de escasez. Esta cuestión es fundamental pues si ahora se abre una pugna en cuanto a quien va a pagar la crisis, si los trabajadores o la gran banca, también las grandes potencias intentaran maniobrar según sus intereses frente a los países más dependientes. Es el momento de cuestionar el modelo económico actual y establecer un plan para los intereses del país y de los trabajadores.

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