Los presidentes vasco y navarro se reúnen después de 13 años

Con Ibarretxe no existí­a Navarra

Ha empezado en el mapa meteorológico de la televisión pública vasca, cuando desde el pasado dí­a 29 de junio las lindes de las comunidades del Paí­s Vasco y Navarra se reflejaban correctamente en la información del tiempo. Navarra volví­a a existir como territorio independiente del Paí­s Vasco. La realidad institucional española era restituida. La ilegalidad constitucional era eliminada. Con Ibarretxe se imponí­a la inexistencia de la Comunidad Foral de Navarra al margen de la Comunidad Autónoma Vasca y otros territorios «anexionados» que formaban «Euskalherria». Era imposible que Navarra pudiera mantener unas relaciones de colaboración entre comunidades basadas en el respeto democrático institucional que rige la España de las autonomí­as.

Patxi Lóez, el lehendakari, ha tenido que dejar claro que el País Vasco y Navarra tienen que “dejar de darnos la espalda” e empezar “un nuevo tiempo caracterizado por la cooperación y la lealtad”, por “unir fuerzas desde el respeto mutuo y sin injerencias interesadas, con respeto absoluto a la autonomía de las partes”. Ya que como Miguel Sanz, el presidente navarro, ha señalado, antes era imposible porque “alguien pretendía hacer anormal lo que era norma, que la nuestra es una comunidad diferenciada dentro de la unidad española y que no forma parte ni quiere formar parte de ese proyecto nacional” de la camarilla étnica encabezada por Ibarretxe.Lo que no es óbice para la cooperación en infraestructuras, sobre todo ferroviaria y logística, en la difusión de los dos canales autonómicos generalistas vascos, ETB 1 y ETB 2, en la promoción del euskera, que ambos consideran como uno de los vínculos “especiales” que unen a las dos comunidades. No lo que no se puede aceptar es la política obligatoria y excluyente de imposición étnica que ha desarrollado el gobierno vasco con el anterior lehendakari, Ibarretxe.

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