Aumento de los gastos militares

Compromisos militares con EEUU: una factura demasiado cara

Los compromisos con EEUU y la OTAN adquiridos por Sánchez en la Cumbre de Madrid no sólo son una montaña de dinero que habrá que detraer de las políticas sociales, sino que suponen un nuevo salto en la subordinación de España en el terreno político y militar.

Con Feijóo el PP insiste en no pactar la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Pero ha anticipado, sin pedir nada a cambio, el apoyo a Pedro Sánchez para cumplir las nuevas exigencias militares que EEUU nos impone.

Detrás de ellas hay una factura demasiado cara. No solo en términos económicos, con un incremento del gasto militar. También en un nuevo recorte de soberanía, al encadenarnos más a la maquinaria bélica de la superpotencia.

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Más destructores en Rota

“España es un aliado indispensable”, dijo Biden. “EEUU puede contar con España como sólido aliado”, le contestó Pedro Sánchez.

Así se sellaba, en el marco de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, un nuevo salto en la implicación de España en el despliegue bélico global de EEUU.

EEUU aumentará de cuatro a seis el número de destructores de la clase Asleigh desplegados en la base de Rota. E incrementará de 1.200 a 1.800 el número de marineros norteamericanos.

Rota es algo más que una base militar extranjera en suelo español. Forma parte del “escudo antimisiles”, uno de los proyectos estrella de la era Bush.

Es además el principal núcleo del despliegue naval estadounidense en Europa.

Sánchez aprovechó la cumbre de la OTAN en Madrid para anunciar el aumento del gasto militar y el incremento de la presencia bélica de EEUU en Rota. Decisiones que ahora han de refrendarse y que suponen un salto en el seguidismo de España respecto de los planes de guerra de EEUU

Y es una plataforma de agresión. Desde Rota partieron los barcos que bombardearon Siria, en una de las “operaciones de castigo” ordenadas por Trump.

La aprobación de este incremento de la presencia militar norteamericana en España exigirá reformar el convenio de cooperación de defensa con EEUU, vigente desde 1988 y que se prorroga automáticamente cada año.

Es una decisión que primero debe aprobarse en Consejo de Ministros, y que luego ha de someterse a votación tanto en el Congreso como en el Senado.

Su anuncio ya ha provocado grietas en el gobierno de coalición de izquierdas. Pero, aquí sí, el PP, que incluso felicitó al gobierno “por la imagen positiva que ha dado España en la organización de la cumbre de la OTAN”, ofrecerá un apoyo incondicional. Se puede utilizar la renovación de un órgano tan importante como el Consejo General del Poder Judicial en la batalla política, pero no entorpecer el cumplimiento de los dictados militares de Washington.

Las exigencias norteamericanas suponen un nuevo salto en la dependencia en el terreno militar

Para el 2% en gasto militar no hay “ahorro”

Todos los países europeos están presentando planes de “ahorro energético”. Pero todos se han comprometido a elevar su gasto militar hasta superar el 2% del PIB.

Pedro Sánchez aprovechó la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid para anunciar que España llegará al 2% del PIB en gasto militar en 2029. Un año antes de los compromisos ya firmados en el Programa de Estabilidad acordado con la Comisión Europea.

Actualmente, España destina a defensa 13.126 millones, un 1,01%. Los compromisos adquiridos con EEUU suponen duplicarlo, hasta alcanzar los 26.000 millones. Un aumento de 13.000 millones, que supone el 150% de toda la inversión pública en dependencia.

Y se han tomado medidas para acelerar los “trámites burocráticos”. No se esperará a la aprobación de los presupuestos para 2023, como sería lógico. Para que se aplique ya, el gobierno aprobará un aumento de 1.000 millones en el gasto militar para 2022.

¿Se va a utilizar este dinero para reforzar la seguridad nacional o potenciar una defensa europea? No. El principal coste será el aumento de las fuerzas de alta disponibilidad de la OTAN, desde 40.000 a 300.000 efectivos. España debe invertir más en defensa para reforzar el despliegue de la OTAN, es decir el poder militar norteamericano.

Este va a ser otro de los envites a resolver en este curso político. El incremento del gasto militar exigido por Washington deberá reflejarse en los próximos Presupuestos Generales. Ya ha provocado diferencias en el seno del gobierno, y la oposición de alguno de los socios parlamentarios del ejecutivo.

Una defensa menos europea, y más norteamericana

Todos los expertos aseguran que la invasión rusa de Ucrania ha puesto encima de la mesa la necesidad de potenciar un sistema de defensa europeo potente y autónomo. Pero los hechos avanzan en sentido contrario. Valga un solo ejemplo.

A partir de 2025, España deberá sustituir 80 aviones de combate F-18. El elegido era hasta ahora el Eurofighter, un proyecto impulsado por Alemania, Francia y España. Pero ahora, el ejército español anuncia que prefiere el F-35, fabricado por Lockheed Martin, uno de los gigantes del complejo militar industrial norteamericano.

Se trata de un contrato valorado en 10.000 millones de euros. Pero, además del desembolso económico, supondrá una mayor dependencia respecto a Washington en el plano militar.

Esta decisión supondría retroceder a los años ochenta. Desde entonces se había priorizado la compra de aviones de la industria militar europea, en la que también participan empresas españolas.

España no es un caso aislado. Reino Unido, Italia, Polonia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Noruega o Finlandia, e incluso Alemania, han encargado F-35 norteamericanos. Incrementando así la dependencia de la superpotencia, y poniendo palos en las ruedas de una defensa europea realmente autónoma.

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