Música

¡Cómo has cambiado Matt!

Reconocido como el maestro del trip hop de Bristol – música electrónica de beats lentos nacida del house y el hip hop británico -, Matt Elliott se hací­a llamar The Third Eye Foundation. Muestreos digitales muy agresivos sobre una base drum&base, ambientes minimalistas, texturas musicales sombrí­as y de tonos con literatura de misterio… una leyenda y un músico de culto en la escena electrónica que, según él, se subí­a al escenario para «tocar botones».

Desde el 2001 se hace llamar&helli; Matt Elliott. Bajo la influencia de su amigo y compañero de sello, el instrumentalista francés Yann Tiersen, Elliott ha cambiado la tecnología por la nostalgia coheniana. Con guitarra en mano y poco más, este músico bristoliano parece haber encontrado el disfrute en lo artesanal y el directo que compromete. Salvo un corte de luz, el recorrido de las variaciones por error e improvisación humana tienen todo un mundo de limitaciones en la música electrónica. Cabe pensar que “tocar botones” es tan solo una expresión rápida para manifestar su cambio. Por dos razones: primero porque si es con botones o con instrumentos la creación conceptual y pasional de una pieza musical es la que va a determinar como después prenda en el público. Y en segundo lugar porque es de suponer que lo que pierde es el instante del directo y la sensualidad de la madera; dependes tanto de ti mismo que el vértigo puede hacerse duende, aunque no sea el caso. Primero con The Mess We Made y después con la trilogía “Songs” – Drinking, Mailing y Howling, editada recientemente – Matt Elliott no solo ha sorprendido con un giro de 180º en su rumbo musical, sino que también ha permitido descubrir melodías que despiertan seriamente la curiosidad. Nieto de una estonia y asiduo en su infancia a la iglesia ortodoxa rusa, oriente se inyecta vía gotero en temas como “was wrong”, como en cadencia de sirtaki – sirva la imagen popular -. También la chanson francesa tiene cabida en “la mort de la france”, el susurro de voz al estilo Cohen pero sampleado en “also ran” y alguna pequeña reminiscencia de mezclas en ésta misma canción, o en temas como “Desamparado”. Enamorado de España “el último país libre” y renegado de su país “no voy a volver nunca, salvo que medie una revolución”, suele residir en Francia. El próximo 17 de febrero se le puede escuchar en el Centre Cultural Sa Nostra de Palma, y a partir del 13 de marzo en Valladolid, Tarragona – 15 de marzo -, Gijón – 19 de marzo -, Zaragoza, Barcelona, Madrid y Alicante. Un músico que abandona la figura de culto para convertirse en un músico folk, cuanto mínimo, merece la atención por el atrevimiento. Luego además, Matt Elliott sabe como hacer interesante lo que ofrece. Escúchenlo. ¿Les gusto la B.S.O. de “Zorba, el Griego”?, algo así, pero con sorpresas intimistas y mareas instrumentales y efectistas. Un acierto Matt, el cambio… un acierto.

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