La Diputación de Barcelona incrementa un 24% el gasto en asesores

Comiéndose el pan de todos

La Diputación de Barcelona parece no conocer la máxima de que en tiempos de crisis hay que practicar la austeridad. Por eso ha decidido incrementar en un 24%, diez veces por encima de la inflación, su gasto en asesores externos. La clase polí­tica catalana es un auténtico agujero negro que dilapida los recursos públicos en financiar un gigantesco aparato burocrático o en impulsar delirantes proyectos disgregadores. Y mientras con una mano devora el pan de todos, con la otra exige «poner lí­mites a la solidaridad» para apropiarse de de un porcentaje mayor en el reparto de la financiación autonómica.

La radiografía del gasto de la Diutación de Barcelona es el museo de los horrores de las castas burocráticas catalanas. Los gastos de personal se han disparado un 8,5%, hasta alcanzar un desembolso de 150 millones de euros. Mientras que la partida destinada a contratar asesores externos ha aumentado un 24%. En abierto contraste, el dinero destinado a inversiones -que mejorarían servicios o podrían impulsar el desarrollo- se ha reducido en un 26%. Las prioridades de la Diputación barcelonesa no pueden aparecer con mayor claridad.Durante el año que acaba de terminar,hemos tenido suficientes muestras de la prodigalidad en gastos prescindibles de la clase política catalana. Desde los 21.000 euros que Carod Rovira cobra por dietas de transporte –a pesar de contar con coche oficial- a los 9.278 euros que Ernest Benach, presidente del parlamento catalán, utilizó para “tunear” su Audio A-8.La financiación de los delirios disgregadores se lleva también un buen bocado del presupuesto. Cataluña gasta 95 millones de euros… ¡en política exterior! Y 2,2 millones en mantener embajadas, como la que encabeza el hermano de Carod Rovira en París. En total, las diecisiete comunidades gastarán en 2009 73 millones de euros en mantener 32 embajadas.La financiación de las selecciones deportivas catalanas es otro delirante derroche. La Generalitat financia con 12.300 euros al korfball, con 16.500 euros al Iceestock, o con 22.875 euros al fistball. Deportes que nadie conoce y a nadie interesan, pero que permiten competir internacionalmente a una selección catalana separada de España.Mientras tanto, Cataluña invierte en educación por debajo de la media española, o mantiene las terceras listas de espera quirúrgicas más largas de España.

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