El Departamento de Estado norteamericano anunció ayer que se uniría «como un miembro más» al grupo de potencias que negocian con Irán su controvertido programa nuclear. Esto significa un cambio sustancial respecto a la administración Bush, que se negó siquiera a hablar con Teherán, aduciendo que tenían primero que detener su programa de enriquecimiento de uranio.
EEUU mostró su disosición a incorporarse a las conversaciones que mantienen con Irán el llamado “grupo P5+1”, por integrar a cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (potencias nucleares reconocidas) –EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia y China- más Alemania. Hasta ahora EEUU no había participado en las negociaciones, cosa que pasará a hacer. "En el asunto nuclear, Estados Unidos se mantiene comprometido con el proceso P5+1. Lo diferente es que Estados Unidos se incorporará a las discusiones del P5+1 con Irán a partir de ahora", dijo el portavoz en funciones del Departamento de Estado Robert Wood, agregando que "esperamos que el gobierno de Irán decida actuar recíprocamente (…) Cualquier avance será el resultado de los esfuerzos colectivos de todas las partes, incluido Irán"La secretaria de Estado, Hillary Clinton, confirmó poco después el anuncio, agregando que EEUU participará “como un miembro más” en el grupo, e insistió en la gran importancia que para Washington tiene "la búsqueda de un acercamiento muy cuidadoso con Irán en una serie de asuntos que afectan a nuestros intereses y a los intereses del mundo”.EEUU y las otras cinco potencias han invitado a Irán a unirse a las conversaciones. "Si Irán acepta, esperamos que esta será la ocasión para involucrar seriamente a Irán sobre la forma de romper el estancamiento de años recientes y trabajar en una forma cooperativa para resolver las preocupaciones internacionales sobresalientes acerca de este programa nuclear", dijo Wood.La respuesta de Irán de momento ha sido parca: “estudiaremos la propuesta”. Para Teherán no es tan sencillo, ya que mantiene que su programa nuclear es de uso civil y niega reiteradamente las acusaciones de Occidente de pretender dotarse del arma nuclear. Su presidente, Mahmud Ahmadinejad, insistió ayer en un discurso que Irán no va a renunciar al enriquecimiento del uranio y a usar la energía nuclear con fines pacíficos.A pesar de que las relaciones entre EEUU e Irán, formalmente rotas desde la Revolución Islámica de 1979, han experimentado una notable mejoría desde la subida de Obama a la Casa Blanca –constatado por la presencia de representantes iraníes en la Conferencia de La Haya sobre Afganistán hace unos días-, el programa nuclear iraní sigue siendo un delicado escollo entre ambos países.