Las sacudidas van desde la controvertida condena que ha obligado a dimitir al Fiscal General del Estado, a los casos de corrupción que afectan al PSOE y que tiene imputados a los dos últimos secretarios de Organización del Partido Socialista, Ábalos y Cerdán. Con José Luis Ábalos en la cárcel y a las puertas del primer juicio a las tramas de corrupción que anidaron en el ministerio de Transportes. O los casos que afectan a la mujer y el hermano del presidente…
A los que se suman los últimos casos de acoso sexual: el ‘caso Francisco Salazar’, ex alto cargo del partido en La Moncloa denunciado por dos afiliadas socialistas, pero cuyas denuncias el partido ha mantenido ocultas, sin hacer nada ni llevarlas a la Fiscalía; y el ‘caso Antonio Navarro’, líder del PSOE de Torremolinos, investigado por la Fiscalía tras la denuncia de una militante socialista.
Y la decisión de Junts, el partido de Puigdemont, de coludirse con la derecha y la ultraderecha para dejar al gobierno en minoría en el Congreso,
Todos estos elementos alimentan la tormenta política que amenaza con convertirse en un tsunami que se lleve por delante la legislatura y al gobierno. Pero esto no es todo lo que pasa, hay algo más y más importante. Es necesario ampliar la mirada y ver de conjunto todos las acontecimientos que afectan al gobierno para comprender lo que sucede en España. Y responder una pregunta: ¿Corrupción, lawfare judicial, acoso machista…, qué intereses, quiénes y con qué objetivos agitan este cóctel hasta convertirlo en una campaña de cerco, acoso y derribo del gobierno de coalición?
No es posible responder esta pregunta sin mirar primero hacia Washington. La llegada de Trump a la presidencia del gobierno de Estados Unidos ha desatado una ofensiva mundial que afecta a las libertades democráticas, a la Paz y a la independencia de criterios de los países. Desde la presidencia de Estados Unidos se interviene en los procesos electorales de otros países, se alientan y financian fuerzas “trumpistas” de ultraderecha y hasta se utiliza la fuerza militar para cambiar gobiernos, como está ocurriendo con Venezuela.
Desde la presidencia de Estados Unidos se interviene en los procesos electorales de otros países y para cambiar gobiernos
En España, no solo el gobierno de coalición está bajo la influencia de las demandas de un viento popular y patriótico, la mayoría actual de fuerzas parlamentarias tienen posiciones que chocan con las agresivas exigencias trumpistas en asuntos clave, como el aumento del gasto militar o el genocidio palestino.
Detrás de la campaña de cerco y acoso al gobierno de coalición están las exigencias de los Estados Unidos de Trump, también de importantes sectores de la oligarquía española, que presionan para acabar con el gobierno forzando un adelanto electoral.
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Cinco claves para derribar un gobierno
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1. La negativa a acatar el 5% del PIB en gasto militar.
España es el único país que en el seno de la OTAN se ha negado a aceptar el salvaje aumento hasta el 5% del PIB en gasto militar exigido por Trump. España debería multiplicar por cuatro el gasto militar actual hasta casi 80.000 millones de euros anuales, lo que supondría liquidar el ya frágil Estado de Bienestar con draconianos recortes en pensiones, sanidad, educación, vivienda y servicios sociales.

Trump ha señalado públicamente al gobierno español hasta en nueve ocasiones, “España siempre es el problema”, para exigirle que cumpla los mandatos norteamericanos. Y llamando a los países de la OTAN para que presionen a España y amenazando con imponernos más aranceles.
En la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN, el secretario general de la Alianza, ha vuelto a presionar a España cuestionando que el gobierno de Sánchez pueda cumplir con las capacidades de defensa asignadas sin emprender el camino hasta el 5%: “España pronto verá que necesita gastar en defensa en torno al 3,5% del PIB”. En referencia a la evaluación que la OTAN hará durante el primer semestre de 2026, mucho antes de lo previsto, para verificar si los socios están cumpliendo sus compromisos militares.
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2. La denuncia del genocidio en Gaza
El gobierno español, y la mayoría parlamentaria que lo sustenta, se ha pronunciado contra el genocidio en Gaza, denunciando la criminal política de Netanyahu apoyado por Estados Unidos.

El gobierno de coalición ha encabezado en la UE el apoyo a Palestina, reconociendo el Estado Palestino y la solución de los dos Estados.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, se ha significado apoyando las posiciones del Secretario general de la ONU frente a Israel y Estados Unidos, denunciando los crímenes de guerra, el bloqueo de la ayuda humanitaria a los palestinos y exigiendo una Paz justa y un alto el fuego definitivo.
Además ha presentado nueve medidas contra el genocidio, entre ellas el embargo a la venta o compra de armas a Israel y, aunque sea parcial, es un éxito de la lucha popular, como la decisión de la Fiscalía General del Estado de investigar los crímenes cometidos por Israel. Y acaba de anunciar la retirada de España de Eurovisión por la participación de Israel.
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3. Avance en las relaciones con China

El gobierno de España ha intensificado las relaciones con China y la defensa de un orden multipolar en medio de la agudización de las tensiones políticas y comerciales provocadas por la guerra comercial y la imposición de aranceles de Trump. Defendiendo que España es un país “profundamente europeísta” pero que ve a China “como socio de la Unión Europea”, y que España y Europa se opongan a «prácticas intimidatorias unilaterales».
Las dos visitas de Estado a China realizadas este año por el presidente del gobierno y el Rey, para reforzar la relación bilateral, impulsar el comercio y la cooperación en áreas tecnológicas y verdes han sido duramente respondidas desde la Casa Blanca y los medios pronorteamericanos, aquí en España por el PP y Vox.
El secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, llegó a decir del viaje de Sánchez que era como “ponerse un cuchillo en el cuello”
Desde la Casa Blanca se nos exige renunciar a una política internacional propia. Y se nos amenaza como país con aranceles más gravosos.
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4. Apoyo a Ucrania frente a las imposiciones de Trump y Putin.

El gobierno español recibe al presidente Zelenski de Ucrania con honores de Estado, mientras Trump lo degrada y amenaza con ultimátum para que acepte su plan prorruso.
Washington quiere obligar a Europa a tragar una paz que entregaría Ucrania a Rusia, ninguneando a Europa y cargando a la Unión Europea con los costes de la reconstrucción.
Trump y Putin pretenden imponernos un acuerdo que legitime al invasor y acabe con la soberanía del país invadido. Sometiendo a la UE a un grado inasumible de servilismo mientras ellos se reparten Ucrania: Putin con los territorios ocupados y Trump con las tierras raras y los recursos energéticos de los ucranianos.
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5. Estrechar relaciones con gobiernos iberoamericanos enfrentados a EEUU.

Sánchez ha iniciado un acercamiento institucional a los gobiernos progresistas que en Iberoamérica que mantienen enfrentamientos con EEUU: como Brasil, Chile, Colombia o México.
Y se ha posicionado abiertamente contra la intervención militar de EEUU en Venezuela, planteando, a través del ministro de Exteriores José Manuel Albares, que “la crisis de Venezuela se tiene que resolver por medios pacíficos” y que ha de encontrarse “una solución democrática y ante todo dialogada y genuinamente venezolana”.

