Los trabajadores de la lanta de Langeo, fabricantes de refractarios, Versuvius siguen encerrados en la fábrica en contra del cierre. La fecha en la que se tiene previsto echar el cerrojo es el próximo 1 de septiembre, por lo que el tiempo apremia en unir apoyos y motivos, que no les faltan, en contra del cierre de la planta. Un nuevo apoyo se les une con el compromiso de posicionarse en contra del cierre y trabajar por la permanencia de la multinacional en esta localidad asturiana. Se trata de Diego López Garrido, Secretario de Estado para la Unión Europea. Con los datos en mano, y tras un estudio de los beneficios de Versuvius en Asturias, en la visita que ha realizado a los trabajadores encerrados, no entiende como una planta que no tiene problemas en los beneficios puede plantearse el cierre. Durante este tiempo se han valorado diferentes aspectos, la deslocalización apuntaba en un comienzo el motivo del cierre, ya que la producción seguiría en otras plantas y la asturiana en particular, ofrecía mayores beneficios que otras plantas europeas que no cerrarán. Sin embargo, esta deslocalización atiende, no solo a desviar la producción, son intereses planificados en los que esta fábrica se lleva la peor parte del asunto. De ser una planta pionera, especializada en multitud de piezas refractarias que se fabricaban en este lugar por ser las piezas con mayor calidad, de tener un equipo de investigación y desarrollo que los ponía a la cabeza del resto de plantas de esta multinacional, pasan a ser la moneda de cambio. Recuerdan visitas de equipos de Versuvius procedentes, no solo de países de la UE, incluso los de China visitaron Langreo para aprender y sacar enseñanzas de lo que significaba un trabajo rentable y bien hecho. Pero como en las multinacionales, los objetivos son planificados y por etapas, un buen trabajo y rendimiento no cambia a veces el rumbo de la decisión multinacional. Lo que se recibían como halagos, tan solo era, enseñar a trabajar, para dejar fuera los que han hecho posible dar saltos cualitativos en la producción. Las enseñanzas de lo más avanzado (La planta de Langreo) ya está sintetizado y enfocado al resto de factorías, y lo que significa mérito se convierte en cierre. El resto de plantas en Europa cotizan en bolsa, por lo que siendo más difícil el cierre, junto con las presiones del Gobierno italiano de que no sea la planta italiana la que cierre, dejan a estos trabajadores, de pioneros en su trabajo a la cola del paro. No solo eso, no es la crisis, es una estrategia a largo plazo que la multinacional lleva tiempo preparando, cualificando a los trabajadores del resto de fábricas con las enseñanzas de ésta, esperando el momento de conseguir liquidez a costa de cerrar lo que ha sido lo más adelantado de la multinacional. Una operación contradictoria e injusta, como es el capitalismo en su propia génesis, en la que destruir el capital más avanzado significa el reajuste necesario para reestablecer sus planes, y la crisis ofrece el entorno adecuado para entre tanto ERE, tanto despido y tanto cierre, queda como uno más, pero los trabajadores no dejarán de pelear para que Versuvius de Langreo no se cierre.