INTERNACIONAL: Obama nombra al ex -jefe de gabinete de Clinton nuevo jefe de la CIA

CIA de transición

El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha elegido a León Panetta, ex asesor del presidente Clinton, como próximo director de la CIA, la agencia de inteligencia de la superpotencia. El nombramiento ha causado sorpresa y revuelo en el cuartel general, ya que la agencia es bastante reacia a aceptar directores que no hayan hecho carrera en «la Casa».

Panetta fue jefe de Gabinete de Clinton de 1993 a 2001, es considerado un gestor exerto y formó parte del Grupo de Estudios sobre Irak, una comisión bipartidista que hace tres años elaboró una serie de recomendaciones –dejadas de lado por Bush- para una retirada ordenada de las tropas norteamericanas del país árabe. Sin embargo no tiene experiencia alguna en tareas de inteligencia o de “seguridad nacional”.El nombramiento se produce en un momento en el que la CIA acomete una profunda reorganización y según los medios norteamericanos, “la moral de sus agentes es baja”. Se trata de un nombramiento arriesgado. Pero es probable que Obama no haya tenido muchas opciones más, dada la dificultad de encontrar en estos momentos a un experto en seguridad nacional o en inteligencia y espionaje que no esté implicado, y por tanto sea partidario, de las políticas más incendiarias de la administración Bush, como Irak o Guantánamo. Su primera opción para el cargo, John Brennan, tuvo que ser descartada por su papel en el desarrollo del programa de detenciones e interrogatorios de la CIA tras los atentados del 11-S. Otro candidato, el congresista Jane Harman, con experiencia en los servicios de espionaje, también fue desechado por haber respaldado algunas de las políticas más duras de Bush.El nombramiento parece indicar que Obama ha priorizado colocar un cuadro de la “línea Clinton” al frente del principal aparato de inteligencia norteamericano, aunque eso pueda generar fricciones con la estructura superior e intermedia de la agencia –o con otros aparatos de Estado-. Al fin y al cabo, se trata de un instrumento absolutamente clave para acometer los cambios de dirección –internos y externos- necesarios para desandar los algunos pasos desastrosos de la línea Bush.Sin embargo, aunque el proyecto de Obama consista en un cambio –o en una redefinición- de la línea de la superpotencia, debe cuidar un aspecto clave. Obama y su equipo necesitan cerrar las profundas fisuras que abrió Bush en la burguesía monopolista yanqui, y recomponer en el seno de la clase dominante norteamericana la unidad necesaria para enfrentarse al reto de mantener durante las próximas décadas la hegemonía norteamericana, que vive hoy un proceso de declive acelerado. Por eso Obama –a pesar de contar con insignes clintonianos-, el gobierno de Obama no es una “administración Clinton II”, sino más bien un “gobierno de gran coalición”, en el que también es fundamental dar cabida a los sectores mas equilibrados del complejo militar industrial, como el Secretario de Defensa de Bush, Robert Gates, que seguirá en su puesto a petición de Obama. No hay que extrañarse entonces, si al lado del clintoniano Panetta, Obama ha nombrado al almirante Dennis Blair, como el próximo Director Nacional de Inteligencia, un cargo creado en el mandato de Bush, que tiene como misión coordinar los trabajos de los distintos servicios de espionaje. Blair encabezó el Mando del Pacífico durante los atentados del 11 de septiembre de 2001, fue director adjunto de asuntos militares en la CIA, y es un reputado experto… en China.

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