China y Rusia refuerzan su alianza

China y Rusia, a pesar de tener un carácter diametralmente opuesto en su modo de comportarse en política internacional, están interesadas en la promoción de un orden mundial multipolar .

En un tablero geopolítico cada vez más inestable, Trump no cesa de arremeter contra la principal amenaza para la hegemonía norteamericana: la emergencia de China. Pero también contra una Rusia a la que, a pesar de los reiterados esfuerzos de Trump, no ha conseguido atraer para su bando. 

La última semana, en un incidente en el que ambas armadas se acusan mutuamente, un buque de guerra ruso y otro estadounidense estuvieron a punto de colisionar en el Pacífico. El buque de la US Navy implicado -el USS Chancellorsville– forma parte de las crecientes fuerzas navales desplegadas en el mar de China Oriental con las que la superpotencia trata de levantar un cerco al dragón asiático.

Esta creciente hostilidad de la superpotencia tiende a reforzar los lazos y la cooperación entre dos países -China y Rusia- que, a pesar de tener un carácter diametralmente opuesto en su modo de comportarse en política internacional, están interesados en la promoción de un orden mundial multipolar que sustituya al actual y declinante mundo unipolar con EEUU como gendarme global. Y esto es una excelente noticia para los intereses de todos los países y pueblos del mundo, oprimidos por el poder del hegemonismo norteamericano.

Las potencias emergentes -y en particular China y Rusia- cuestionan cada vez más abiertamente el dominio global norteamericano. Así lo indicaron los presidentes chino y ruso reunidos en el Foro económico de San Petersburgo. «Las tácticas de Trump suponen un camino hacia conflictos interminables, guerras comerciales y tal vez no solo comerciales”, señaló Vladimir Putin. Ante un EEUU cada vez más intransigente en su política proteccionista, China y Rusia dicen comprometerse con «el sistema de comercio multilateral, y un desarrollo económico global desequilibrado”, y a “repensar el papel del dólar” en los intercambios comerciales entre ambos por ser “un instrumento de presión” de EEUU al resto del mundo.

 El nuevo orden multipolar que se abre paso debilita la hegemonía norteamericana e impulsa su declive. La emergencia de nuevos centros de poder mundial ofrece a multitud de países y pueblos del mundo -véase por ejemplo en las recientes crisis en Irán o Venezuela- puntos de apoyo para zafarse de las presiones y amenazas de la superpotencia norteamericana. 

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