El presidente chino, Hu Jintao, asistió a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y a la reunión del BRIC (Brasil, Rusia, la India y China) en Yekaterinburg, centro de Rusia, el 15 y 16 de junio. Hu llegó a Moscú el martes para una visita de Estado de tres días.
Ambos dirigentes rometieron construir cuanto antes una alianza energética ruso-china, cuya base sería un acuerdo petrolero, y extenderlo a la esfera gasística, la energía atómica con fines pacíficos y la energía eléctrica. Pero los funcionarios rusos esperan la conclusión de nuevos acuerdos energéticos con China sólo dentro de unos años».»La principal piedra de toque para la conclusión de una alianza gasística es la tarifa: Gazprom insiste en precios europeos y China en unos más bajos. Teniendo en cuenta que las primeras negociaciones sobre el oleoducto en China tuvieron lugar en 2000 a iniciativa de Yukos, no cabe esperar en un futuro próximo el logro de compromisos con Pekín en materia gasística».Entre los documentos firmados puede destacarse un memorando de comprensión mutua para la colaboración en el sector del carbón, así como un acuerdo entre el banco ruso VEB y el Banco de Exportación e Importación de China sobre la concesión de un crédito por valor de 700 millones de dólares. Según aclaró Igor Sechin, viceprimer ministro ruso, gracias al memorando se creará la base para trabajar conjuntamente en los yacimientos.El acuerdo marco refuerza la comprensión de Pekín sobre el deseo de Moscú de diversificar sus exportaciones, pero la cuestión de los suministros de gas no adquirió trazos concretos, ya que la cuestión es cuánto dinero están dispuestos a pagar los chinos por el combustible azul.El comercio bilateral experimentó, por primera vez en una década, un descenso del 39,2% en los primeros cinco meses del año, según las estadísticas oficiales chinas. Con todo, el gigante asiático ha superado ya a Alemania y Holanda y se ha convertido en el principal socio comercial de Rusia. Los dos líderes destacaron que el apoyo mutuo en asuntos relacionados con sus intereses clave es una parte importante de la asociación de cooperación estratégica bilateral. La parte rusa reiteró que Taiwan y el Tíbet son partes inalienables del territorio chino. Rusia no cambiará su postura sobre los asuntos relacionados con Taiwan y el Tíbet y apoyará el desarrollo pacífico de las relaciones entre ambos lados del Estrecho y la reunificación pacífica de China. Las dos partes subrayaron que los apoyos mutuos en asuntos de soberanía e integridad territorial son de vital importancia. La parte china apoya los esfuerzos de Rusia para mantener la paz y estabilidad en la región del Cáucaso. Ambas partes acordaron que la actual crisis financiera mundial ha provocado agitación e inestabilidad en el mercado financiero internacional y en el comercio y economía del mundo, lo que representa graves desafíos para el crecimiento económico de los dos países. China y Rusia comparten puntos de vista y posturas iguales o similares sobre las causas de raíz de la crisis actual, así como sobre la reforma del sistema financiero mundial y de las instituciones financieras internacionales. También dijeron que una nueva ronda de la revisión de la fórmula de cuotas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de los planes de reforma del Banco Mundial debe ser concluida a tiempo y que los mercados emergentes y los países en desarrollo deben tener una mayor voz y una representación más amplia en las instituciones financieras internacionales. Ambas partes creen que se deben tomar medidas pragmáticas para luchar contra el terrorismo. Gracias a su estrecha cooperación dentro del marco de la Organización de Cooperación de Shanghai, China y Rusia han logrado grandes éxitos en su lucha contra las «tres fuerzas» del terrorismo, el separatismo y el extremismo, así como contra el narcotráfico. Para proteger la seguridad y la estabilidad regionales, los dos países han ampliado la escala de sus ejercicios militares conjuntos antiterroristas y han realizado varias operaciones conjuntas contra el tráfico de narcóticos. Con unas fronteras comunes de más de 4.300 km que fueron determinadas en un estudio concluido en julio de 2008, el asunto pendiente de la frontera Chino-rusa se ha resuelto. La conclusión no sólo sienta las bases para el avance de la cooperación bilateral, sino también proporciona valiosas experiencias para que otros países busquen soluciones pacíficas a las disputas territoriales. Como anunciara Zbigniew Brzezinski, la estrategia euroasiática de Estados Unidos provocó como respuesta un acercamiento entre Rusia y China. Aunque todo está concebido para minimizar la importancia de los tratados concluidos entre ambas, las dos grandes potencias continentales están construyendo una verdadera alianza militar y economica.En 1993, Brzezinski escribía: «Al evaluar las futuras opciones de China, hay que tener en cuenta también la posibilidad de que una China económicamente próspera y políticamente segura de sí misma -pero que se sienta excluida del sistema global y decida convertirse a la vez en defensora y líder de los Estados desposeídos del mundo- decida representar no sólo un desafío doctrinal evidente sino también un poderoso desafío geopolítico para el mundo trilateral dominante [Estados Unidos, Europa Occidental y Japón].Brzezinski escribía además, en 1997, que «la tarea más urgente [para Estados Unidos] era garantizar que ningún Estado o grupo de Estados pueda adquirir la capacidad necesaria para expulsar a Estados Unidos de Eurasia o por lo menos reducir considerablemente su decisivo papel de árbitro.» . De esa manera se entiende por que el Afpak es tan importante para la estrategia de EE UU. Un Afpak que necesita cooptar a Irán y su gran influenciano solo en el Afpak sino en todo oriente medio. El mismo Brzezinski veia muy peligroso una triple alianza China, Rusia, Iran. La respuesta de Pekín al cuestionamiento del statu quo global pudiera ser la creación de una coalición chino-rusa-iraní»: «Para los estrategas chinos, ante la coalición trilateral Estados Unidos-Europa-Japón, la respuesta geopolítica más eficaz bien pudiera consistir en tratar de crear una triple alianza que asociara a China con Irán en la región del Golfo Pérsico y con Rusia en la zona de la ex Unión Soviética [y de Europa Oriental]». Brzezinski prosigue diciendo que la coalición chino-ruso-iraní, que el llama «coalición antiestablishment», podría ser un poderoso imán para otros Estados.