Visita del primer ministro de Japón a China

China y Japón locomotoras económicas de Asia

Japón y China, segunda y tercera economí­as mundiales, acordaron crear un frente común contra la crisis económica que lidere una recuperación global, con motivo del viaje oficial a Pekí­n del primer ministro japonés, Taro Aso.

«Vamos a hacer todo cuanto esté en nuestra mano ara mejorar nuestra economí­a doméstica y ayudar a la recuperación de la economí­a asiática y mundial», explicó Aso, tras finalizar su visita oficial de dos dí­as con un encuentro con el presidente chino, Hu Jintao. Aso señaló que este acuerdo es el «logro más importante» de su visita a China, la segunda desde que asumió su cargo en septiembre. En cuanto a la crisis financiera, «hemos acordado implementar las decisiones de la cumbre (del G-20) de Londres (el pasado 2 de abril) de forma consistente y pronta», señaló el lí­der nipón en una rueda de prensa posterior a su encuentro con Hu. China y Japón aunarán esfuerzos para incrementar la demanda interna en sus respectivos paí­ses, luchar contra el proteccionismo en el comercio internacional y asistir a otros paí­ses asiáticos a sobrevivir a la crisis. Esta ayuda al resto de paí­ses es posible porque tanto China como Japón cuentan «con un exceso de liquidez», recordó el japonés, quien añadió que «es importante estimular de forma multilateral los bancos de desarrollo para que éstos puedan dar una respuesta activa y asegurar que los flujos financieros llegan a los paí­ses en desarrollo». Otro de los aspectos en los que Aso logró el acuerdo de sus interlocutores chinos, entre ellos el primer ministro Wen Jiabao, con quien se reunió ayer, fue en la necesidad de implementar cuanto antes la Ronda de Doha y convertir en multilateral la Iniciativa de Chiang Mai, un fondo común asiático de reserva de divisas. En este sentido, ambos paí­ses creen conveniente aumentar el capital general del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) y apoyar proyectos de infraestructuras en la región. «Hemos hablado mucho de esta cuestión, de la necesidad de que se desarrolle la economí­a real mediante el aumento de la demanda interna. En este punto hemos llegado a un acuerdo», explicó Aso. Hu afirmó que con la propagación de la crisis financiera mundial el comercio entre China y Japón ha descendido obviamente. El urgió a las dos partes a que tomen medidas efectivas para hacer volver a la inversión y comercio bilaterales de regreso al camino del crecimiento. China y Japón deben intensificar el intercambio de información y la coordinación polí­tica, explorar nuevas áreas de cooperación y explotar el potencial completo de su cooperación. Deben garantizar particularmente los éxitos en cooperación en las industrias de ahorro de energí­a y protección medioambiental, de información y telecomunicaciones y de alta tecnologí­a, dijo Hu. El comercio chino-japonés descendió en 7,4 por ciento anualmente en diciembre y se desplomó en 24 por ciento en el primer trimestre de este año, de acuerdo con cifras del Ministerio de Comercio chino. Hu dijo que los intercambios de personal y culturales tienen un impacto importante y de gran alcance en el desarrollo de relaciones chino-japonesas. El urgió a que los dos paí­ses hagan pleno uso de los canales existentes y que movilicen todos los recursos disponibles para elevar a una nueva altura los intercambios de personal y culturales bilaterales, especialmente los intercambios entre jóvenes en general y funcionarios jóvenes en particular. En las áreas multilaterales, China y Japón deben enfocarse en desarrollar la cooperación en Asia Oriental, para que la subregión responda colectivamente a los desafí­os mundiales, tales como la actual crisis financiera, dijo. Los dos paí­ses deben elevar su coordinación y cooperación en mecanismos regionales como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) más China, Japón y la República de Corea, la cumbre de Asia Oriental y el formato China, Japón más la República de Corea, para que juntos puedan promover la paz, estabilidad y desarrollo en Asia y en el mundo entero, dijo Hu. Más de la mitad de las exportaciones japonesas van a parar a los mercados asiáticos, pero particularmente a China, para la economí­a exportadora japonesa, por delante de los EEUU y de la UE. Por consecuencia, todas las esperanzas japonesas se centran en la locomotora coyuntural china.Es posible que el reencuentro Chino-japonés deje a un lado las diferencias en torno a Taiwán, permita suspender las desafortunadas visitas al santuario Yasukuni, e incluso que se avance en el tratamiento de los problemas delicados dejados por la historia reciente, desde las esclavas sexuales a los restos de armas quí­micas abandonados por su ejército en la Manchuria ocupada; incluso puede que el diálogo en temas de fondo y muy sensibles para ambas partes como el energético aporte racionalidad a su competencia, pero todo ello, al mismo tiempo, parece evidenciar que su rivalidad, dentro y fuera de la región, prescindirá en el futuro de cualquier disimulo.Washington, tiene el problema de cómo equilibrar las relaciones entre Japón, su aliado en Asia, y China, una potencia regional en ascenso. La competencia entre Tokio y Beijing se refiere a las inversiones, recursos energéticos e influencia polí­tica. El poder militar de China es visto con desconfianza por Tokio, además de las disputas territoriales que enturbian las relaciones.La competición mutua parece clara, y nunca ambos se habí­an vuelto poderosos al mismo tiempo en Asia, lo que obliga a buscar fórmulas de equilibrio que proporcionen cierta estabilidad. El cambio en el equilibrio de poder entre China y Japón y la emergencia de India también obligará a EEUU a pensar en un reajuste de su polí­tica asiática, hasta hoy centrada en la identificación de Japón como centro neurálgico.

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