Mientras que las finanzas públicas norteamericanas son, como mínimo, preocupantes, Beijing y el resto del mundo deben examinar el futuro de sus economías, incluida la de China, que han pasado a ser abrumadoramente dependientes de las exportaciones. Su futuro parece tan problemático como el futuro de los endeudados Estados Unidos.
THE WASHINGTON POST.- Nos guste o no, este cambio refleja una creciente mentalidad de Washington que oina que la globalización ha ido demasiado lejos. Su mayor reflejo es la disposición Buy American [compre norteamericano] del Capitolio. Obama no sólo está jugando a unir a sus partidarios, sino también a un segmento de la comunidad empresarial de EEUU cuyo entusiasmo por la cadena de suministro global y la gestión del inventario "justo a tiempo" está disminuyendo. BREAKING VIEWS.- Los temores a un complot chino son excesivos, pues después de todo es un país pobre. Por eso, cuanto menos exploten esa visión de nuevos ricos mejor se asegurarán los recursos naturales y la tecnología que necesitan. Además, el Gobierno chino está demasiado empeñado en controlar su crecimiento y partes sensibles de su economía para cambiar radicalmente su acercamiento a los extranjeros EEUU. The Washington Post LA ÚLTIMA RISA DE GEITHNER David M. Smick Tim Geithner no parecen tomar un descanso. Nuestro secretario del Tesoro se encontraba en la Universidad de Beijing la semana pasada para asegurar a los chinos que sus inversiones en dólares son seguros. El público irrumpió en carcajadas. Los chinos deberían tener cuidado de tal arrogancia. Mientras que las finanzas públicas norteamericanas son, como mínimo, preocupantes, Beijing y el resto del mundo deben examinar el futuro de sus economías, incluida la de China, que han pasado a ser abrumadoramente dependientes de las exportaciones. Su futuro parece tan problemático como el futuro de los endeudados Estados Unidos. Tan feos como se han puesto los mercados de crédito, el comercio todavía está peor. Desde la Segunda Guerra Mundial, el comercio mundial ha crecido dos veces más rápido que el producto interior bruto. Pero las cosas han cambiado con la recesión. Para empezar, las exportaciones de los tres principales exportadores -Alemania, Japón y China- son un 33 por ciento más bajos que hace un año. Con las importaciones norteamericanas cayendo aproximadamente la misma cantidad, el comercio de doble vía se ha contraído en 1,5 billones de dólares. Hay interrogantes sobre si este desarrollo es algo más que un retraimiento temporal y puede convierta en un tranquilo cambio hacia una nueva era de desglobalización. Lo que la divertida audiencia china debería considerar es la posibilidad de que, sobre el papel, los Estados Unidos se ven relativamente inmunes a este tipo de colapso del comercio. Las exportaciones de América son el 11 por ciento del PIB, según el Banco Mundial. Compare esto con lo que son las exportaciones al PIB, por ejemplo, de China (42%), Corea del Sur (46%), Alemania (47%) y Tailandia (73%). Los políticos de estos países tendrían que preguntarse: ¿Qué ocurrirá si el consumo de los EEUU – el consumidor de último recurso del mundo- da definitivamente un brusco giro, como parece claramente posible? Es cierto que en estos países se pelea por estimular el consumo interno. Esto será difícil, sin embargo, habida cuenta de su sistemático envejecimiento demográfico (a medida que la gente envejece, consume menos y ahorra más). En China, sin ningún sistema de seguridad social o como mucho en forma de una red de seguridad de los servicios gubernamentales, las familias tienden a ahorrar el 50 por ciento de sus ingresos. En Alemania, los políticos han tomado su propio camino de limitar el consumo y reducir los salarios y las ganancias como medio de mejorar drásticamente la competitividad global de su economía. Sin embargo, con una demanda mundial de bienes de capital alemanes menguante, Alemania se encuentra con graves problemas debido a su exceso de capacidad industrial mientras el consumo aún sigue siendo modesto. ¿Cuál es la "esperanza secreta” de los alemanes? Que la locomotora consumidora de los EEUU empiece a moverse de nuevo a toda velocidad. Pekín se jacta de su gran conjunto de medidas de estímulo. Sin embargo, los esfuerzos del gobierno para estimular el consumo interno no parecen ser mucho más que una gran operación de préstamo con subsidio, un estímulo que es poco probable que sea sostenible. Muchos de los estímulos se suponía que se derivaban de los gastos por parte de los gobiernos regionales y locales que nunca se ha materializado. Por otra parte, la transformación de China en una economía de consumo para compensar la pérdida de las exportaciones tardará años. Mientras tanto, Pekín, también espera secretamente que los consumidores de EEUU salgan rápidamente al rescate. El mundo puede estar esperando más tiempo del que cree. Los Estados Unidos pueden estar siendo sometidos a un sutil cambio de orientación económica. Los gobiernos del mundo deberían escuchar atentamente al Presidente Obama, un líder con una capacidad extraordinaria para hacer activistas, incluso radicales, las propuestas aparentemente más suaves. En la Cumbre del Grupo de los 20 en Londres, por ejemplo, Obama dijo que Estados Unidos no puede ser el consumidor del mundo. Aparentemente, esto suena como una declaración acerca de la condición temporal del ciclo económico. De hecho, el tema del que trató Obama es algo mucho más importante -en absoluto un proteccionismo al estilo de la Smoot-Hawley-, sino una inminente política de pequeños impuestos, gastos y cambios en la reglamentación que fomenten esta tendencia hacia una tranquila desglobalización. Nos guste o no, este cambio refleja una creciente mentalidad de Washington que opina que la globalización ha ido demasiado lejos. Su mayor reflejo es la disposición Buy American [compre norteamericano] del Capitolio. Obama no sólo está jugando a unir a sus partidarios, sino también a un segmento de la comunidad empresarial de EEUU cuyo entusiasmo por la cadena de suministro global y la gestión del inventario "justo a tiempo" está disminuyendo. Y el inminente aumento de los gastos del tráfico marítimo tiene el potencial de acelerar este proceso desglobalizador. El acuerdo de Naciones Unidas el pasado mes de octubre sobre los niveles de quema de azufre de los buques (por no hablar de las propias restricciones de California sobre las emisiones de los buques) se espera que eleve considerablemente los gastos de envío. En una década a partir de ahora, puede que sólo sean rentables para enviar por mar los elementos con un valor relativamente alto para su peso, tales como los ordenadores portátiles. El analista Philip Verleger sostiene que el resultado neto podría ser que una gran cantidad de puestos de trabajo de bajos salarios que se trasladaron a China, la India y otros mercados emergentes se moverá de nuevo a Occidente. Esto ya está ocurriendo en la industria del mueble. Pero he aquí el remate: la dependencia de capital de Estados Unidos hace que no podamos disociarnos del mundo, o nos enfrentaremos al peligro de nuestra propia arrogancia. América necesita el capital del mundo tanto como el mundo necesita a los consumidores estadounidenses; una situación económica equivalente a una política de destrucción mutua asegurada. Es cierto que el sistema mundial necesita reajustarse. Pero hasta que eso ocurra, todas las partes tienen la necesidad de limitar las conferencias públicas y las risotadas, y pensar seriamente en cómo lograr una recuperación permanente en todo el mundo a pesar de los graves contratiempos. THE WASHINGTON POST. 9-6-2009 Reino Unido. Breaking Views CHINA CONTRA CHINA John Foley Si hay algo que China sabe hacer bien es vender a los extranjeros. Así que, ¿por qué no sabe comprar? Chinalco, una empresa minera estatal, ha sido la última en decir adiós a una adquisición al deshacer el acuerdo que ya estaba amarrado por la minera australiana Río Tinto valorado en 19.500 millones de dólares. Incluso mayor que el fracaso de la apuesta de Cnooc por Unocal. Échale la culpa al enemigo. Los mercados han hecho fracasar algunas operaciones chinas. Una fuerte alza del precio de la acción de Río ha permitido a la minera explorar otras alternativas. Igualmente, una fuerte caída de la acción agrió la apuesta de Ping An por la belga Fortis o la apuesta del fondo CIC en el caso de Blackstone. Pero los movimientos de los mercados no son la única explicación. La mala comunicación también ha influido en el fracaso de la operación de Chinalco, al igual que las lanzadas contra Fortis y Blackstone. Si los chinos dejasen de comportarse como nuevos ricos, quizá mejorarían. Como tampoco gusta mucho en Occidente como la mano política de Pekín interfiere en las firmas bajo su control. Los temores a un complot chino son excesivos, pues después de todo es un país pobre. Por eso, cuanto menos exploten esa visión de nuevos ricos mejor se asegurarán los recursos naturales y la tecnología que necesitan. Además, el Gobierno chino está demasiado empeñado en controlar su crecimiento y partes sensibles de su economía para cambiar radicalmente su acercamiento a los extranjeros. Pero no todos los intentos chinos han fracasado. Lenovo se quedó con la división de portátiles de IBM en 2005 y la siderúrgica Sinosteel compró la australiana Midwest en 2008. Pero son excepciones. Y hay algo más que da que pensar: según Dealogic, China ha sido el país con más negocios fallido en este año. BREAKING VIEWS. 8-6-2009 Francia. Le Figaro EL PS Y LAS LIMADURAS DE HIERRO ¿Quién no recuerda la teoría de las limaduras de hierro? En los tiempo lejanos de la Unión de la Izquierda, François Mitterrand se la explicaba a todos sus visitantes. Si el PS es lo suficientemente fuerte, decía, atraerá como un imán a todos los partidos, formaciones y grupúsculos que giran en torno a él. Lo que se dijo fue hecho y la Unión de la Izquierda conoció los éxitos -y los fracasos- que sabemos. Pero la teoría miterrandista es evidentemente viable con un Partido Socialista dotado de un fuerte poder de atracción. Este no fue el caso la semana pasada, lo es menos aún desde el domingo. Porque lo que ocurrió el 7 de junio es el peor de los escenarios para el Partido Socialista. Desde 2002, el PS está enfermo, pero nadie en la izquierda era capaz de cuestionar su supremacía. Y nadie fantaseaba con “desplumarle”. ¿Los Verdes? Habían desaparecido de la escena pública. ¿El PCF? No dejaba de agonizar. ¿La izquierda de la izquierda? Se caricaturizaba a ella misma e iba tirando en su búnker. El domingo, algo ha cambiado en el paisaje. El PS ha visto surgir de repente junto a él a Daniel Cohn-Bendit y su extraño ejército. Hay verdes, José Bové, los amigos de Nicolas Hulot, la eurófilos convencido, otros que lo son un poco menos, apolíticos y activistas sociales, y una juez anticorrupción reconvertida, Eva Joly. Las cifras son abrumadoras para el PS: recoge el 16,48% de los votos frente al 16,28% de Europa Ecología. En la calle Solferino [sede central del PSF], algunos tratan de tranquilizarse. Ecología Europa, dicen, vivirá la experiencia de rosas. Después de todo, el sistema de votación proporcional es propicio a estos golpes y estallidos pasajeros. Poder radical, una lista encabezada por Bernard Tapie, había golpeado a Michel Rocard en las europeas de 1994. Y la continuación fue menos gloriosa. Como dicen ellos mismos, los amigos de Daniel Cohn-Bendit ahora quieren "incrustarse" en el paisaje político. ¿Pueden hacerlo? Esto será, evidentemente, difícil, pero el PS no puede pretender que este 16,28% nunca ha existido. Deberá transigir con los demás, lo que ha transigido tan mal consigo mismo. Al mismo tiempo, el PS no puede ignorar tampoco al Frente de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon, al que apoyaron el 6% de los votantes el domingo y sueña con arrastrar tras él a Olivier Besancenot en las próximas elecciones. El enemigo de uno y otro es el PS. Y luego está el MoDem. François Bayrou tiene ciertamente una rodilla en el suelo, pero el hombre se dice de acero. Se puede contar con él para iniciar tan pronto como pueda su trabajo de zapa contra el Partido Socialista. En resumen, si no en estado de sitio, la calle Solferino poco a poco comienza a ser rodeado por fuerzas dispares que no le quieren ningún bien. El imán ya no imanta más y la teoría de las limaduras de hierro pertenece al pasado. LE FIGARO. 9-6-2009