Cargando...Charlot es el primer mito de la industria del cine. Los surrealistas, Artaud y Einsenstein eran solo algunos de los muchos admiradores del cine burlesque americano y muy en particular de Charles Chaplin. La comedia es subversión, en las disparatadas y absurdas escenas, en las ruidosas carreras y tartazos ocurren situaciones que en la vida normal no se permiten. Ácido, tierno y satírico el humor de Chaplin dinamita las convenciones de las instituciones respetables en películas como El emigrante, Monsier Verdoux, Tiempos Modernos,
En el ersonaje del vagabundo se encuentra el idealismo y la caballerosidad de Quijote y el materialismo hedonista de Sancho. En El Gran dictador Chaplin se sitúo casi a la altura de Aristófanes o de Rabelais. Cuando Chaplin rodó la película se sumó a la denuncia del fascismo que encabezaban casi en solitario las fuerzas comunistas. Frente al miedo del fascismo había que reírse de Hitler. Los círculos más reaccionarios de Hollywood intentaron interrumpir el rodaje. Ante el boicot de la gran industria que no consideraba adecuada la película para la política exterior de los USA Chaplin tuvo que financiarla él mismo. Terminada la película fue prohibida en varios estados americanos y en Europa. Demasiado libre para Washington, que acabó por expulsar del país a Chaplin durante la caza de brujas. La plutocracia americana se veía reflejada y sabían que algún día les denuciaría y desenmascararía a ellos.