Música

Charles Aznavour: Un incuestionable

Piaf, Sting, Sinatra, Pausini… y hasta 17 artistas, reales y virtuales. Charles Aznavour es el único capaz de reunirlos en un mismo disco en torno a la «chanson» francesa y habiendo cumplido 84 años. A parte del Ravi Shankar, pocos artistas tienen la energí­a y la voluntad necesarias para hacerlo.

“Dúos” sale a la calle mañana mismo, con 26 temas en inglés y francés; Céline Dion, Julio Iglesias, Plácido Domingo, Elton John, Hallyday&helli; y hasta Dean Martin.“El agua estancada termina por oler”. Con este dicho popular armenio explica este hijo de inmigrantes el leivmotiz de su disco. Y es que hasta el pasado debe ser futuro en la música; lo que todavía no se ha conseguido hacer es el cierre de lo que se acaba de terminar. Pese a esto incluso la tecnología se resiste a recoger una delicadeza como la voz de Edith Piaf coqueteando con la de Charles Aznavour. Ambos compartieron viajes y conciertos a cientos. Lástima que la época no permitiera granar la huella. Y aun así… es mejor así, como una ropa sugerente que nunca dejará ver lo que pudo haber sido sin su leve opacidad.Charles Aznavour es, como el mismo dice, un cantante de la verdad. Sin vergüenza y con detalle literario se ha atrevido a ir muy lejos, a hablar de lo que nunca nadie había hablado… o cantado. “Si uno quiere que una idea pase hace falta que sea agresiva, pero al mismo tiempo es necesario que esa agresividad agreda quizás un poco al espíritu pero nunca a la persona que tenemos en frente, porque no todo el mundo puede amar lo que uno hace. La verdad para la longevidad de un artista es la de acabar siendo amado por todos”. Su música le ha permitido envejecer independiente, sin firmas que un día habían de pasarle factura.Un día el presidente armenio le propuso ocupar el puesto de embajador en Ginebra. Él lo rechazó. Descendiente de un pueblo que hoy en día no suponen más de dos millones de personas en todo el planeta, en lo nuevo y en lo viejo, parece que Armenia imprime carácter.Liza Minnelli, Bryan Ferry, Paul Anka o Nana Mouskouri completan un disco en el que, solo quizás, la presencia de su compatriota Ara Malikian habría sellado un tributo a la diáspora de una genialidad mestiza.Hay gente que con 90 años parece que tenga 19, y gente que con 19 parece que tenga 90. Cuando habla de “La vida en rosa” – la película biográfica sobre Edith Piaf – dice que “No la he visto y no la veré. Retrata una Edith Piaf que yo no conozco”. Y tiene razón. Como si para ensalzar fuera necesario hablar del sufrimiento y de lo extraordinariamente doloroso, no de la vitalidad, la energía y la elegancia descarada que es necesaria para cantar sobre la próstata y llenar un teatro francés con 84 años. Un incuestionable.

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