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Cataluña vista desde EEUU, Rusia y Alemania

Tan claro está que ninguna gran potencia tomara partido por la pro independencia de Cataluña, como lo es el que todas siguen la posible evolución del tema, desde Berlín, Washington, Moscú, o Tokio, donde el presidente Mariano Rajoy viajará la semana próxima. Las posturas oficiales de la Comisión Europea son nítidas.

Una Cataluña independiente quedaría fuera del la Unión Europea, pero nadie habla del espacio económico europeo, que rige los intercambios comerciales. Pero, no es ningún secreto, en la sede comunitaria en Bruselas se analizan discretamente diferentes escenarios en relación a Escocia, donde habrá referéndum, y Cataluña, donde se veta el derecho a una consulta.

Otro tema en perspectiva es como incidirá en Cataluña y Escocia la campaña y elecciones al Parlamento Europeo, del 25 de mayo de 2014, ante una franja de ciudadanos comunitarios que, en principio, deberían votar por una institución que ya avanza que, si se independizan, dejarán de ser ciudadanos comunitarios, al menos por un tiempo.

Dentro de la UE, el país motor, Alemania, ya tiene estudios de varios institutos de análisis político-económicos, con diferentes escenarios sobre el caso catalán, entre otras razones porque el 70 % de la inversión germana, en particular en el sector industrial, está en Cataluña.

Y, ¿qué opinan en Estados Unidos o Rusia? En Moscú están callados, aunque cuentan con un ministro de Asuntos Exteriores buen conocedor del tema, Sergei Lavrov, que fue cónsul general de su país en Cataluña durante muchos años y dejó buenas amistades, y familia, en Barcelona. Sin embargo, Rusia sería, en principio, el mejor aliado de las posturas del gobierno español que, como el Kremlin, no reconoce la independencia de Kosovo, que si tuvo, desde el principio, el apoyo de Estados Unidos.

En el otro lado del Atlántico, en Washington D.C., la administración del presidente Barak Obama mantiene la prudencia del silencio, mientras el tema catalán ya ha saltado definitivamente a los medios de comunicación, sobre todo después del éxito de la Vía Catalana del pasado 11 de septiembre. En EE.UU. como siempre, serían pragmáticos en caso de que Cataluña avanzara en su proceso proindependentista. Cabe recordar que, el pasado mes de febrero, el entonces embajador de Estados Unidos en Gran Bretaña, Louis Susman, en una entrevista en la BBC, preguntado sobre el referéndum en Escocia que EE.UU. se mantendrá «neutral» y que mantendrían la misma postura si Cataluña se independizara de España, donde «seguiríamos trabajando juntos».

Un ejemplo de pragmatismo para alguien, que ya concluyó su mandato diplomático en Londres, pero es ahora vicepresidente de una de las mayores firmas de relaciones públicas del mundo, DJE Holdings, con sede en Chicago, pero presente con 65 oficinas en el mundo y más de 4.000 empleados. El abogado y ex diplomático Louis Susman cuenta además con una larga trayectoria como vicepresidente en el departamento de adquisiciones en el Citigroup, con buenos contactos entre los republicanos – fue asesor en diplomacia con el presidente Ronald Reagan – y, en particular, es uno de los multimillonarios que sufragó el Partido Demócrata en la campaña de Barck Obama, del que fue asesor de campaña.

De ahí su premio de cinco años como embajador en Londres y, posiblemente, con hilo directo con la Casa Blanca, con asuntos internacionales más importantes que resolver sobre el tapete, pero donde han descubierto un parte de la vieja Europa denominada Cataluña, como les recuerda regularmente The Wall Street Journal, o el New York Times, además de los informes de su embajada en Madrid y Consulado en Barcelona, por cierto, el primero que estableció Estados Unidos en Europa, en 1789, trece años después de su proclamación de independencia, en 1776.

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