Ganaderí­a gallega en lucha

Cartones contra sus puertas

Los precios cada vez más bajos que cobran los productores de leche son el sobreprecio que les imponen directamente los monopolios de la distribución de sus productos. La última movilización, lanzar cartones contra las puertas de los hipermercados gallegos.

Exigen que la leche tenga un recio mínimo que cubra los costes. Cientos de litros de leche han sido derramados como en un ritual de sacrificio que ha unido a los tres sindicatos agrarios de Galicia (Unións Agrarias (UU.AA.), Xóvenes Agricultores (XX.AA) y Sindicato Labrego Galego (SLG) y las cooperativas lácteas, Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca)). Exigen que las cadenas de distribución se comporten en España diferente a cómo lo hacen en sus países de orígen en el sentido de que dejen de usar la leche como “producto reclamo”, que venden por debajo de los costes de producción, “a pérdidas”. La contribución de Lidl, Carrefour y Eroski fue señalada directamente por las protestas de los ganaderos. El segundo problema son las industrias lecheras, que han renunciado a abastecerse de “leche del mercado español”. Mientras en Francia los diferentes sectores implicados han fijado un suelo de 28 céntimos el libro de leche, aquí el rodillo de las distribuidoras y sus prácticas ilegales importando la leche excedentaria del país vecino por debajo del coste. El tercer problema es la Unión Europea. A pesar de aprobar el adelanto un mes y medio (al 16 de octubre) el pago del 70 por cien de las ayudas agrícolas y ganaderas para paliar la crisis económica en este sector por los bajos precios no hay que olvidar que ha sido la gestora de la destrucción, en connivencia con los sucesivos gobiernos españoles, de la cabaña lechera española. Los efectos de haber impuesto cuotas de producción por debajo de las necesidades nacionales, subvencionado el cierre de explotaciones y multado la producción por encima de la cuota, ha creado la paradójica situación de que la producción española no llega a la cuota impuesta por la UE y se hace la vista gorda a la entrada de la leche excedentaria francesa. Una situación que, para el 2015 cuando desaparezcan las cuotas, dejará la ganadería lechera española en una situación de total indefensión.Por eso hablan de paliar la crisis, porque nadie tiene intención de que la ganadería española salga de ella.

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