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Carmen Machi: «Nunca se ha podido engañar al espectador»

Carmen Machi es finalista como Mejor Actriz de Reparto, por «Falstaff».

¿Por qué piensas que la gente cada vez va más al teatro?Que no es nuevo. Yo he visto los teatros llenos muchas veces. Parece que hay una obsesión por tratar al teatro de moribundo y yo no conozco al teatro en crisis, al menos a nivel creativo y de público.Sí creo que hay sangre nueva en el público. Hay gente más joven y creo que tiene que ver, y todos coincidimos, con lo vivo, la inmediatez, con que no se puede bajar de Internet… son cosas que se dicen siempre. Pero a parte es que cada vez que ha habido crisis el teatro no la ha padecido, y no se por qué. Ahora no se oye ni aquello de qué caro es el teatro. Va mucha gente que nunca había ido al teatro y que tienen muy claro lo que quieren ver. Tienen el olfato muy fino, aunque nunca se ha podido engañar al espectador. Yo misma he hecho tres funciones muy diferentes y en las tres había gente muy joven: Agosto que dura cuatro horas, Juicio a una zorra que dura una hora pero que es un monólogo, y Falstaff que es un Shakespeare pasado por el filtro de Andrés Lima, que mira que es valiente, y estaba siempre lleno. Se está haciendo muy buen teatro y aportando algo vivo, sincero y honesto. Hablamos de textos profundos que invitan a la reflexión y que la gente joven se come y con mucho gusto. También hay que decir que no siempre el público ha estado tan fino. Algo estaremos haciendo bien.¿Puede tener que ver con que se hace nuevo teatro y se reinterpreta el teatro más incisivo, un teatro de “bisturí” y muy atrevido?Seguramente. Me siento muy afortunada porque me he puesto en manos de directores muy inteligentes. Son personas que tienen mucho pulso para cortar con ese “bisturí”. Por ejemplo, desde Falstaff he podido entender muy bien a Shakespeare. Esa amanera de contar y de dar una bofetada no siempre se ha hecho. Es como si la sociedad encontrara su espejo en el teatro, y eso hay que saber hacerlo, tenerlo claro, y ser valiente para contarlo. Claro, nos dirigimos a una sociedad que quiere enfrentarse a las cosas, que no da la espalda. Estamos en un momento en el que el teatro tiene que ejercer ese poder porque hay muchas cosas que contar, y vivimos un tiempo en el que necesitamos ese vomitar las cosas. Entonces ¿el teatro goza de una muy buena salud?Sí, pero con los peores problemas de su vida. Las dificultades con las que se están encontrando las compañías son impresionantes. Los teatros se llenan pero los recortes son salvajes. Desgraciadamente en el cine y en la televisión a veces poco importa la calidad. No siempre lo bueno es lo que funciona. Sin embargo en el teatro si no hay calidad la gente se sale y lo bueno siempre funciona cara a los espectadores. Algo malo no se vende en el teatro, independientemente de que sea comercial o no, de un género u otro, porque hay sitio para todo. «Estamos en un momento en el que el teatro tiene que ejercer ese poder»En el cine hay películas de una calidad muy cuestionable que hacen taquillazos, por no hablar de las audiencias. Yo no entiendo lo del mercado del cine pero lo he visto porque he tenido que presentar las películas y venderlas. Quizás en el teatro haya menos filtros y una relación más directa con el espectador…Totalmente. Al espectador no se le puede engañar, o le gusta o no le gusta. Lo que pasa es que para gustos los colores, afortunadamente. Hay que hacer de todo y para todos, pero engañarles no podrás. Con la que va a caer con los recortes, ¿habrá que buscar otros caminos?Claro. Habrá que hacerlo. Lo bueno que tiene el teatro es que puedes contarlo con nada, y siempre que haya gente dispuesta a acudir habrá teatro.Ahora mismo no se puede sacar de gira una obra de más de seis actores. Hoy mismo se estrena De ratones y hombres en El Español, que lo dirige Miguel del Arco, que es una excepción, pero se va a acabar. Yo estoy de gira pero es un monólogo. No se pueden sostener espectáculos con más de cuatro actores. Se puede hacer teatro con muy poco pero hace falta apoyo.Lo que pasa es que los políticos se olvidan de nosotros. Es como si nos faltaran al respeto.Sobre todo viendo en qué se gasta el dinero por otra parte…Es que ese es el problema. Si no hay no hay, pero hay que saber distribuir lo que hay. Te hablo desde la felicidad de lo que me pasa, claro, pero veo lo que hay a mi alrededor; gente que está sin trabajar, a la que los ayuntamientos les deben mucho dinero y están arruinados. Hablamos de gente que es fundamental para que el teatro exista en este país. No es un capricho, sino un oficio muy antiguo y muy poderoso. Es que esto depende del proyecto de país que se tenga…Efectivamente. Así son “las cabezas que piensan”, para qué darle más vueltas. Creo que para los políticos la gente de la cultura somos gente rara a la que hay que tocar con un dedo para ver de qué estamos hechos. Parece que no entienden y, aunque no todos, la mayoría no tienen ni idea de cómo es el alma de todo esto. Y solo estamos hablando de teatro.¿Cuál es el personaje que todavía no has representado y que te gustaría hacer?La verdad es que he tenido mucha suerte y he hecho personajes extraordinarios. Puede que haya personajes que me gustaría volver a hacerlos porque no los hice como me hubiera gustado. Hay personajes que ya nunca harás y otros que has dejado por el camino, pero nunca he sentido la necesidad de hacer Julieta u Ofelia, que ya no los podría hacer, a no ser en una versión loca de Andrés Lima. Me gusta elegir, cuando se puede, personajes muy diferentes entre sí. No lo se, a lo mejor dentro de un tiempo contesto otra cosa.

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