La reforma del Código Penal:

¿Cárcel por rebelarte?

Tienen miedo. Y se les nota. Han visto la catarata de movilizaciones contra los recortes. Y sólo saben responder con el mayor atentado a la democracia y las libertades populares de la historia. La «resistencia pací­fica a la autoridad» podrá ser penada con cárcel, la convocatoria por internet de movilizaciones que ellos consideren ilegales se catalogará como «delito de integración en organización criminal».

La escalada de movilizaciones en España fruto de la escalada del saqueo a la población exige una escalada de recortes en derechos democráticos. Este es el papel del nuevo código penal aprobado por uno de los “duros” del gobierno Rajoy, Fernández Díaz.

Bajo la bandera de igualar el vandalismo con la kale borroka, el nuevo código penal pone en manos del ministerio del interior un instrumento represivo contra cualquier movilización ciudadana; hasta el extremo de poder reventar, como se ha hecho en muchas ocasiones, manifestaciones para luego imponer castigos ejemplares a los participantes. Pretenden que manifestarse pase a ser una “actividad de riesgo”. «Estamos ante el mayor atentado en décadas contra la democracia y las libertades populares»

En total sintonía con la actuación de la Generalitat en la Huelga General, el ministro afirma que la “violencia comienza con conductas incívicas».

¿Qué son esas conductas? El nuevo códico penal incluirá como delito de atentado a la autoridad la resistencia pasiva -sentarse en el suelo, negarse a moverse-. o activa, cataloga de ataque violento a la policía las amenazas y “comportamientos intimidatorios” o se considera un delito penetrar en establecimientos públicos o obstaculizar su acceso.

También está penado convocar por internet movilizaciones violentas. A partir de ahora, participar, promover o colaborar en estos hechos en Internet se considerará un delito de integración en organización criminal, similar a una banda de narcotraficantes o de atracadores, por ejemplo. O sea, meten en un mismo saco la actuación de un grupo neonazi que cualquier manifestación o concentración democrática reventada. El desorden público es inevitable; esto no debe más que ponernos en guardia para que la escalada de movilizaciones sea una escalada de unidad y en cada una de ellas estemos preparados para aislar y neutralizar a los provocadores.

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