Cine

Capitán Abu Raed

Abu Raed, un solitario trabajador del aeropuerto de Amán, sueña con viajar. Un dí­a encuentra una gorra de capitán en una papelera. Al volver a casa, un chico del barrio le ve con la gorra, y al dí­a siguiente, varios niños le esperan a la puerta convencidos de que es piloto de avión. Las constantes historias sobre los imaginarios viajes por el mundo del Capitán Abu Raed acabarán por cautivar tanto a los niños como al propio protagonista. Esta es la historia de personas cotidianas que cruzan las fronteras sociales. Habla de sueños, amistad. De perdón y de sacrificio.

El cine Jordano es un gran desconocido. La roducción de películas en este país de Oriente Medio es prácticamente inexistente, y su difusión en el exterior completamente nula. Sin embargo esta historia acaba de cambiar, un emigrante ha conseguido ubicar a Jordania en el mapa cinematográfico mundial, y lo ha hecho con gran éxito y mejor oficio. Capitán Abu Raed en una fábula una fábula social sobre los conflictos entre clases y la violencia de género, ambientada en Ammán, que en algunos momentos recuerda al mejor realismo europeo, o al cine del magnífico director iraní Abbas Kiarostami.Su director, Amin Matalqa, emigró a los 13 años a Ohio, y vive desde hace tiempo en Los Ángeles. Esta relación con la ciudad del cine, es en realidad lo que ha facilitado el rodaje de este film en su país natal. La película bebe tanto de ese cine europeo que tanto influencia a los directores de los países árabes, como del sistema de producción de Hollywood. Esto es para lo bueno y para lo malo, lo bueno, su excelente diseño de producción y su difusión, lo malo, quizá la livianidad e inocencia, que aún así, nos hacen digerible esta película que nos podría haber resultado más dura.Pese a la influencia del cine americano, lo cierto es que la película es un fiel y necesario retrato de esa capital jordana en la que cohabitan las grandes mansiones de lujo con las calles empedradas. Donde los matrimonios concertados están a la orden del día, y donde las mujeres, pese a empezar a ocupar puestos de responsabilidad, todavía deben de huir de la inmutable figura paterna opresora.Matalqa muestra todas estas contradicciones de la vida cotidiana con una sutileza asombrosa. Recurre al cuento moral y a las pequeñas historias como recurso para la denuncia de los aspectos más atrasados de su país. La verosimilitud de toda la trama viene otorgada por esa sensación de realidad cercana que consigue el que cuenta las historias a pie de calle, lejos del púlpito que supone el estrellato.Una película recomendable por agradable, sencilla, y llena de contenido, con una puesta en escena que destapa la maestría del joven director árabe.

Deja una respuesta