El Tribunal Superior de Justicia de Valencia estima que existen suficientes indicios racionales para pensar que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, pudo haber cometido un delito de cohecho al aceptar regalos de la trama corrupta dirigida por Francisco Correa y Álvaro Pérez, los dos principales encausados en el caso Gürtel que comenzó investigando el juez Garzón desde la Audiencia Nacional.
La dirección nacional del PP arece convencida de que sus consignas en defensa de los dirigentes encausados valen tanto, si no más, que una instrucción judicial que ha transitado por las máximas instancias de la justicia y siempre con igual resultado incriminatorio. Además de un error político, que desacredita al principal partido de la oposición, se trata de un intolerable desafío al funcionamiento de las instituciones EL PERIÓDICO. La traducción política de esta decisión judicial es que Camps tiene hoy un futuro más difícil que ayer. Su estrategia ha sido hasta ahora la de proclamar de forma indignada su inocencia e intentar blindarse emocionalmente con el apoyo electoral que los valencianos siguen prestando al PP. Pero eso, obviamente, no le otorga más posibilidades de salir indemne de sus responsabilidades ESTRELLA DIGITAL. Enrocado en una estrategia equivocada desde el principio, e insistiendo en el pago de los trajes por los que ahora es acusado de "cohecho impropio" (algo que no ha podido demostrar en su comparecencia ante el juez,), el presidente valenciano sigue metido en un laberinto del que le va a ser difícil salir, porque al final lo único que quedará claro es que ha mentido ante los tribunales, que ha mentido en las Cortes valencianas, que ha mentido a sus electores, y que finalmente ha mentido a todos los valencianos Editorial. El País CAMPS SE ACERCA AL JUEZ El Tribunal Superior de Justicia de Valencia estima que existen suficientes indicios racionales para pensar que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, pudo haber cometido un delito de cohecho al aceptar regalos de la trama corrupta dirigida por Francisco Correa y Álvaro Pérez, los dos principales encausados en el caso Gürtel que comenzó investigando el juez Garzón desde la Audiencia Nacional. En un nuevo capítulo del procedimiento judicial, Camps deberá comparecer el próximo 15 de julio como imputado ante el instructor José Flors para recibir comunicación de los cargos que pesan contra él. Otros dirigentes del Partido Popular en Valencia, entre los que se encuentra su número dos, Ricardo Costa, también han sido citados. En contra de lo que habían solicitado las defensas y de lo que esperaba la dirección nacional del PP, no ha habido sobreseimiento ni tampoco archivo de las diversas causas en las que se ha transformado el caso Gürtel, y que se instruyen en los Tribunales Superiores de Valencia y Madrid y en el Supremo. En el punto en el que se encuentran los sumarios, la estrategia de esconder la cabeza bajo el ala adoptada por Rajoy ya no resulta tolerable: no es la imagen del PP lo que está en juego, sino el correcto funcionamiento del Estado de derecho y la salud del sistema democrático. No exigir responsabilidades a Camps y al resto de los imputados cuando el instructor ha apreciado sólidos indicios de delito y, en consecuencia, ha activado los mecanismos para juzgarlos, es tanto como poner en duda la competencia técnica del tribunal, cuando no su imparcialidad. Y, por descontado, Camps no es una marioneta sin voluntad, sino un cargo electo que, por respeto a quienes le votaron y a quienes representa, debería interrogarse sobre su continuidad al frente de la Generalitat. La dirección nacional del PP parece convencida de que sus consignas en defensa de los dirigentes encausados valen tanto, si no más, que una instrucción judicial que ha transitado por las máximas instancias de la justicia y siempre con igual resultado incriminatorio. Además de un error político, que desacredita al principal partido de la oposición, se trata de un intolerable desafío al funcionamiento de las instituciones. Ninguna excusa es ya bastante para que el PP siga reiterando la letanía del apoyo a Camps cuando se está acercando el día en que tendrá que responder ante la justicia por los delitos de los que se le acusa, y que son suficientes para inhabilitarlo como presidente del Gobierno de una de las mayores autonomías españolas. La decisión sobre la culpabilidad de Camps y el resto de los dirigentes populares estará en breve en manos de los jueces. En las del PP sólo está el que Camps y los demás sigan siendo o no miembros del partido cuando se sienten en el banquillo. Por simple indecisión, si no por algo más grave, el PP parece resignado a no desmarcarse de estos presuntos delincuentes. EL PAÍS. 7-7-2009 Editorial. El Periódico LA JUSTICIA CERCA A CAMPS Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana, ya tiene asignado un día para la comparecencia de imputación por el delito de cohecho en el que está presuntamente implicado. Será el 15 de julio. Esa es la decisión que adoptó ayer José Flors, juez instructor de la rama valenciana del caso Gürtel,por el que también están imputadas otras tres personas: el secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, y los exmiembros del Ejecutivo autonómico Víctor Campos y Rafael Betoret. Lo que el magistrado hizo ayer fue decir que existen suficientes indicios racionales de culpabilidad como para no solo rechazar el archivo de las actuaciones que habían solicitado los imputados, sino para la apertura de un juicio oral. Es decir, cree que son consistentes los datos en el sentido de que Camps recibió trajes y otras vestimentas, valorados en casi 13.000 euros –y los otros tres, por un importe total de 22.000 euros–, de la trama de corrupción y tráfico de influencias del empresario Francisco Correa, presunto beneficiario de decisiones administrativas irregulares. La traducción política de esta decisión judicial es que Camps tiene hoy un futuro más difícil que ayer. Su estrategia ha sido hasta ahora la de proclamar de forma indignada su inocencia e intentar blindarse emocionalmente con el apoyo electoral que los valencianos siguen prestando al PP. Pero eso, obviamente, no le otorga más posibilidades de salir indemne de sus responsabilidades, que si acaban en un juicio formal tendrán el añadido escénico de ser sustanciadas por un jurado popular. De momento, el PP mantiene la fe en Camps, pero si este cae la onda expansiva causará serios daños a Mariano Rajoy y su equipo. EL PERIÓDICO. 7-7-2009 Opinión. Estrella Digital ¿POR QUÉ CAMPS DICE QUE “ESTÁ MUY CONTENTO”? José Oneto El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, que está sufriendo un verdadero "calvario" desde el pasado mes de febrero, ha declarado que "está muy contento" porque "quedan uno o dos escaloncitos para que ésta absurda situación sea pasado". La absurda situación a la que se refiere, que ha calificado además de "extraña y estrafalaria", es la que le llevará el próximo día 15 de julio a una especie de vistilla según establece la Ley del Jurado para que acusaciones y defensas, en una audiencia preeliminar, presenten todo tipo de alegaciones, pidan, si quieren, nuevas pruebas, y se aborde por parte del juez instructor, José Flors, un archivo del procedimiento, a la vista de los recursos presentados. Ésta es la nueva estrategia de la defensa de Camps, que el archivo se produzca el mismo día 15, en tanto fuentes jurídicas conocedoras del proceso señalan que es difícil esa decisión, visto el auto hecho público el lunes, en el que el juez instructor refleja claros indicios de criminalidad contra los cuatro aforados de la Comunidad Valenciana que pueden sentarse en el banquillo por un delito de "cohecho impropio" (artículo 426 del Código Penal) una vez que, a lo largo de varias semanas, ha conocido las declaraciones de los imputados y de los testigos, e incluso los argumentos jurídicos de los abogados defensores. Enrocado en una estrategia equivocada desde el principio, e insistiendo en el pago de los trajes por los que ahora es acusado de "cohecho impropio" (algo que no ha podido demostrar en su comparecencia ante el juez, ya que no ha aportado ningún tipo de pruebas), el presidente valenciano sigue metido en un laberinto del que le va a ser difícil salir, porque al final lo único que quedará claro es que ha mentido ante los tribunales, que ha mentido en las Cortes valencianas, donde se ha negado a dar todo tipo de explicaciones, que ha mentido a sus electores, que han confiado en su palabra y le han vuelto a votar en las últimas elecciones europeas, y que finalmente ha mentido a todos los valencianos, que pueden creer en sus palabras pero que tienen derecho a conocer la verdad. No es posible que la reacción de un presidente acosado políticamente y a punto de sentarse en el banquillo ante un jurado popular diga, en estos momentos, que se siente "muy contento". O esta fingiendo, algo muy probable, o ha perdido el sentido de la realidad, animado, además, por sus compañeros de partido, que se niegan a afrontar una de las situaciones más complicadas por las que ha atravesado un presidente de Comunidad en los últimos veinte años. El último cartucho que le queda es que se admita su recurso contra el auto que da por cerrada las diligencias previas 2/09 y no se llegue al juicio oral, aunque un sobreseimiento es recurrible ante la Audiencia Provincial. Pero, desde ya, Camps debe ponerse en lo peor aunque todo se ciña a un "comportamiento impropio" y se haya descartado cualquier posible delito de tráfico de influencias, de ilegalidad en los contratos adjudicados a Orange Market o financiación ilegal del partido. Y lo peor es que, rechazado el recurso, el presidente de la Generalitat no tenga más remedio que presentar su dimisión y nombrar un posible sucesor, como ha hecho Manuel Chaves en Andalucía o, por el contrario, como exigirá probablemente la oposición, convocar nuevas elecciones con Rita Barberá, actual alcaldesa de Valencia, como candidata. ESTRELLA DIGITAL. 7-7-2009