Calvario hacia la cumbre

Las piezas están ya dispuestas sobre el tablero. La estrategia alemana de arrastrar los pies antes de levantar la presión sobre los países acosados por los mercados empieza a cobrar forma inteligible. La canciller Merkel aceptaría la posible compra de deuda pública de los países más acosados, España e Italia, si estos piden previamente para ese propósito la intervención del fondo europeo de rescate y aceptan que una parte sustancial de su política económica la decida la troika, los «hombres de negro» en cinematográfica descripción de Cristóbal Montoro.Esto es, Mariano Rajoy debería dar el paso en la cumbre que comienza hoy pidiendo la intervención de los bomberos, el fondo europeo de rescate, para rebajar el tipo de interés que paga el Tesoro del Reino de España por colocar sus bonos. El propio presidente del Gobierno reconoció ayer en el Congreso lo delicado de la situación: «El tema más urgente es la financiación: no podemos durante mucho tiempo financiarnos a precios como el que nos estamos financiando en estos momentos; hay muchas instituciones, y también entidades financieras, que no pueden acudir a los mercados».En ausencia de apetito inversor exterior y con los compradores habituales, la banca española cada vez más seca y pendiente de una reestructuración del sector que tras la petición de rescate será programada desde Bruselas, los mercados pueden someter a la deuda pública española a un castigo insufrible el próximo lunes si la cumbre europea no ofrece algún remedio nuevo. Ese es ahora el principal factor de presión sobre Rajoy y su ministro de Economía, Luis de Guindos, el encargado de las negociaciones sobre el expediente financiero