Religión y Credos

Bus ateo vs Bus creyente

El pasado octubre, Richard Dawkins – biólogo darvinista de la Universidad de Oxford – y Ariane Sherien – periodista de The Guardian – impulsaron la campaña del «bus ateo» en Londres. Recaudaron más de 35 mil euros que les permitieron fletar 30 autobuses con el mensaje «Dios probablemente no existe, deje de preocuparse y disfrute de su vida». De forma insólita la campaña se ha extendido a través de la Humanist Association.

En diciembre llegó a EEUU reparando 200 autobuses para tal término y generando una contra-campaña del Center for family Development y The Cristian post. Ahora ha desembarcado en España. Primero fue Barcelona con el mismo mensaje y promovida por la Unión de Ateos y Librepensadores (UAL), que pretenden extenderla por toda España… y ya está en Madrid. La respuesta no ha tardado en llegar. El Centro Cristiano de Reunión – centro evangelista – va a hacer lo propio pero cambiando el mensaje, claro: “Queremos comunicar al mundo de Dios existe y que es el camino para una vida mejor”. Hasta aquí los hechos. ¿A qué se debe este debate totémico y total, que no ocupa ningún lugar relevante entre las preocupaciones de la mayoría de la población? Porque esa es la atención y la discusión que se propone, el Todo. Tres consideraciones: La primera nos la proporciona Fernando Savater en su libro “Panfleto contra el Todo” (Alianza Editorial, SA. 1978): el desarrollo de la idea de totalidad ha ido siempre vinculada al Poder. En las sociedades primitivas como todo social justificado por un pasado mítico y en Rousseau – y por lo tanto en la formación de las sociedades modernas – como integración del individuo en un todo social subrayado después por la Revolución Francesa – más incluso que las monarquías tradicionales -. El Todo justifica el ejercicio del Poder. Pero ¿quién lo ejerce?, ¿Dios?. En segundo lugar, el papel de este debate metafísico sí tendría interés en otro ámbito y con otros objetivos, es decir, sin metafísica. Partamos del principio totémico de Freud: en una presupuesta sociedad primitiva los hermanos se habrían reunido para consumar el asesinato del Padre – o macho dominante – para celebrar después una cena con sus restos y adquirir su poder “democratizándolo”. Pero la propia presión de cada uno de los miembros del clan dejó insatisfecho el deseo, nadie podría alcanzar su omnipotencia – si se democratiza ya no es "omni" -. La hostilidad contra el Padre se diluyó dando lugar al ideal totémico que en el desarrollo de la civilización alcanzó la categoría de Dios/es. Algo más interesante… Y en tercer lugar la discusión del Todo es la de la Nada. No parece que los problemas que nos afectan diariamente a la gente tengan mucho que ver con esa discusión sobre la existencia o no de Dios. Puede que cada uno, tal y como le de la gana, decida en que medida esto es determinante para su felicidad. Pero por lo demás no hace sino despistar de los debates que sí podrían publicitarse en los autobuses – y en muchos otros sitios públicos – con financiación popular. Porque, en definitiva, quien nos pasa la cuota de la hipoteca son los bancos, no la Iglesia, ni Dios… ¿o no?.

Deja una respuesta