Cargando...El alcalde de Burlada, Pamplona, dice estar en un dilema. O atiende al movimiento social generado por la «Burlada habitable» para impedir colocar una antena móvil en la plaza de Eugenio Torres o se arriesga a la demanda de la operadora, Telefónica Móviles España.
La etición para instalar una estación base la hizo Telefónica en 2007 al Ayuntamiento. El expediente, que ahora esstá en fase de exposición pública, ha superado todos los “visto buenos” necesarios, incluido el de Salud Pública tras hacer varias mediciones in situ. Pero los vecinos no están de acuerdo. No aprueban la instalación de este tipo de antenas en el pueblo y exigen protección al Ayuntamiento: "no podemos permitir que se instale la antena tan cerca de las guarderías, de los parques, plazas y tantos edificios". Es más, convocan concentraciones cada miércoles en la susodicha plaza hasta conseguir el cambio de ordenanza que permite la instalación. Ante las evidencias recogidas de enfermedades asociadas a la sensibilidad a las ondas electromagnéticas se ha generado todo un movimiento que, bajo la bandera del “principio de la precaución”, encabezado por movimientos ecologistas o simplemente vecinales, persigue la colocación ilegal de estos artilugios y defienden su colocación fuera del casco urbano, combinando el no renunciar a las modernas tecnologías de telecomunicaciones con preservar la salud en tanto no se demuestre fehacientemente su inocuidad. Obviamente, el vacío legal que genera esta incertidumbre es aprovechada por las compañías para avanzar en sus planes y negar cualquier relación con aumentos de cáncer y otras patologías. Y a este dilema es al que ha de hacer frente José Muñoz, del Partido Socialista Navarro, a la hora de revisar el expediente de la multinacional.