Chacón propone un nuevo código ético que obligue al ejército español a respetar los derechos humanos en las misiones internacionales

Buenas palabras, malos actos

Las buenas palabras se las lleva el viento, el daño que provocan los malos actos permanece. La ministra de Defensa, Carme Chacón ha aprovechado la celebración de la Pascua militar para anunciar que el ejército español se regirá, en su participación en misiones internacionales, por un código ético que garantice el respeto a los derechos humanos. ¿Pero cómo puede garantizarse tal cosa en Afganistán, donde las tropas españolas respaldan a un ejército norteamericano que ha provocado numerosas masacres entre la población civil? ¿O en Lí­bano, donde nuestros soldados están defendiendo el status quo resultante de la sangrienta invasión israelí­?

“En Esaña no cabrían instrucciones como las que impartió el Pentágono para legalizar los malos tratos a prisioneros”, asegura Carme Chacón. Pero la ministra de Defensa acaba de regresar de Afganistán, donde expresó un respaldo absoluto a las tesis del jefe del Pentágono, el secretario de Defensa Robert Gates -que ha exigido una mayor presencia de tropas europeas-.Esta es la flagrante contradicción en que incurre la ministra. Buenas palabras y malos actos.El nuevo código ético del ejército contempla el principio de distinción,que obliga a diferenciar entre combatientes y no combatientes, así como a distinguir entre objetivos militares e instalaciones civiles, a fin de evitar el máximo de víctimas civiles.Pero, por recordar sólo un caso, las tropas españolas en Afganistán prestaron apoyo logístico a los aviones de la OTAN que provocaron, en un bombardeo, la muerte de 51 civiles, entre ellos mujeres y niños.Otro principio del código ético del ejército español es el de limitación, que supone la exclusión del uso de ciertas armas y técnicas. La ministra puso como ejemplo l as bombas de racimo que Israel utiliza en Gaza.Pero resulta que soldados españoles permanecen en el Líbano, integrados en una operación que tiene como objetivo controlar el incendio que provocó la invasión israelí, motivada por los mismos objetivos -fortalecer el dominio de Washington y la posición de su gendarme regional hebreo- que está impulsando el genocidio en Gaza.Las tropas españolas no están en el extranjero en “misiones humanitarias”. Participan en guerras motivadas y dirigidas por intereses de dominio de las grandes potencias. En Afganistán, por citar un ejemplo, soldados españoles participaron de forma activa en la Operación Aquiles, la mayor ofensiva militar de la OTAN.¿Cómo se van a respetar los derechos humanos en una guerra imperialista, señora ministra?

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