Nueva Industria Brasil (NIB

Brasil en la senda de la reindustrialización

Lula lanza “Nueva Industria Brasil (NIB)”, un gigantesco plan de reindustrialización de Brasil

Lula tiene un plan, reindustrializar Brasil. El gobierno de coalición del Partido de los Trabajadores (PT), con miembros de la derecha clásica entre sus ministros y un partido a la izquierda del propio PT, ha presentado el plan “Nueva Industria Brasil (NIB)”. Un plan nacional a 30 años vista, tras un amplio diálogo con el sector productivo del país, basado en ampliar la industria para desarrollar Brasil productivamente y ser menos dependiente.

El objetivo de Lula es situar a Brasil en la senda del crecimiento sostenido, como ya hizo en sus dos primeros mandatos. El plan “Nova Industria Brasil” con una inversión de 300.000 millones de reales (60.000 millones de dólares) combina la innovación con la sostenibilidad ecológica, pero la apuesta política y económica es de calado estructural: “que Brasil entre de una vez por todas en la categoría de país desarrollado”.

¿Hacia dónde va Brasil?

Lula presentando el NBI

“El problema no termina aquí, comienza aquí”. Habrá 300 mil millones de reales en financiación para que la nueva política industrial en un primer plazo de 2 años aborde tres grandes desafíos. El primer paso es fortalecer la industria brasileña mejorando las condiciones de la mayoría y cuidando el medio ambiente. El segundo, un giro histórico al país: poner fin al proceso de desindustrialización acelerado desde los años 80, que ha desmantelado el tejido productivo y disminuido las ramas industriales.

Tercer reto dentro y fuera del país: poner fin a unas exportaciones de escasa tecnología y rentabilidad que limitan gravemente las ganancias comerciales. Brasil invertirá para crecer, pero se apuesta por un cambio cualitativo de futuro. El plan “NBI” busca mejorar directamente las condiciones de vida del pueblo, mejorando el empleo, crecer tecnológicamente y ser competitivos en el mercado internacional.

¿Cuándo se come aquí?

Fortalecer la industria agro-alimentaria y mejorar la producción de alimentos es el primer paso de un cambio inédito en soberanía industrial y alimentaria. Actualmente sólo el 18% de los negocios de agricultura familiar están mecanizados, el plan debe alcanzar el 70% en los próximos 10 años. La maquinaria que se introduzca debe ser producida en un 95% por la industria nacional. Los primeros seis meses se han realizado ya más de 140.000 operaciones, casi 12 mil millones en nuevos equipos agrícolas. Las prioridades son fabricar equipos de precisión, maquinaria de gran producción y ampliar la capacidad de la agricultura familiar, optimizando la rama de alimentación saludable.

La bolsa y la vida

Otro gran eje es fortalecer el Sistema Único de Salud y mejorar el acceso a la atención sanitaria. La clave es ampliar un 30% la producción e inversión destinada a necesidades sanitarias, producción de medicamentos, vacunas y equipamiento médico. Se compartirán con las empresas privadas los costes e inversiones en investigación médica. Una vía que se completa con una ley que reduce el plazo del registro de patentes para potenciar la industria química. Gran parte de los fondos públicos del eje “misión Salud” tienen como criterio “generar grandes beneficios a la sociedad” y convocatorias para los Institutos Científicos y Tecnológicos que contribuyan a las necesidades nacionales sanitarias.

Revertir la desindustrialización

Un tercio de los fondos de la “NIB” van a iniciar el cambio en el tejido productivo, son 100 mil millones de inversión en los próximos 3 años. Casi la mitad serán créditos con las tasas de interés más bajas de la historia de Brasil.

Para revertir la desindustrialización se articulan varios instrumentos estatales para atraer inversión privada: líneas de crédito especiales, incentivos para los sectores considerados estratégicos…, y preferencia para productos y contratos en servicios de fabricación nacional a bienes reciclados, reciclables o biodegradables; especialmente de transición energética.

Cañones y mantequilla: más soberanía

La apuesta llega al terreno militar. El objetivo explícito es lograr una autonomía en la producción del 50% de las tecnologías críticas: energía nuclear, sistemas de comunicación y detección relativos a defensa… Para fortalecer la soberanía nacional habrá prioridad en la inversión sobre su desarrollo. Es una parte más de la transformación económica y visión política de futuro del “NBI”. Una declaración de confianza en las capacidades de un país por mejorar internamente y por cambiar su situación a nivel mundial abriendo un camino propio.

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