Bomberos forestales en lucha

“¡Bomberos forestales, fundamentales!”

Los bomberos forestales de toda España -un sector castigado por la precariedad y la temporalidad, y que se ha enfrentado este verano a la peor ola de incendios de toda la historia- exigen que su Estatuto Profesional entre en vigor para dejar de ser temporales.

Los 25.000 bomberos forestales españoles exigen salir de la precariedad laboral apostando por el Estatuto Básico de Bomberos Forestales, que fue aprobado en febrero de 2019 en el Senado y todavía no ha entrado en vigor.

Por eso, el sábado 8 de Octubre, los Bomberos Forestales de todo el país se manifiestan en Madrid para exigir la aprobación de este Estatuto. Lo que piden es algo tan elemental como que se homologue en todo el país su actividad, clave en un país donde cada verano arden decenas de miles de hectáreas.

El sector de los bomberos forestales, que en este verano se está ejercitando a fondo contra los múltiples incendios que se producen a lo largo y lo ancho de nuestra piel de toro, es uno de los más afectados por la precariedad laboral. En Comunidades Autónomas, como Castilla-Leon, más del 50 % son temporales.

«Marcha negra» en Zaragoza contra la precariedad y el fuego

Acompañados por los vecinos de las localidades que han sido víctimas del peor verano del siglo en lo que incendios se refiere -en Aragón y en toda España- y haciendo todo el ruido posible con sus motosierras y batefuegos, los bomberos forestales de Aragón -lo mismo que semanas anteriores han hecho sus compañeros de Castilla y León o Andalucía- han denunciado en una «Marcha Negra», la precariedad laboral que arrastra el sector desde hace tiempo.

Al grito de «¡Bomberos forestales, fundamentales!», y convocados por las secciones sindicales de la CGT en las empresas públicas de SARGA, perteneciente al Gobierno de Aragón, y TRAGSA, dependiente del gobierno central, los bomberos forestales realizaron como cada año su «Marcha Negra».

Pero este año no es un año más. En el peor verano por los incendios desde que se tienen registros, más de 286.000 hectáreas han ardido en España en lo que va de 2022, según datos del Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales. De ellos, cuatro Grandes Incendios Forestales -Nonaspe, Castejón de Tornos, Ateca y Moncayo- han quemado más de 22.000 hectáreas en Aragón.

Los trabajadores forestales, que se juegan la vida en cada fuego para salvar de la destrucción a pueblos y comarcas enteras se manifestaron en el centro de Zaragoza, denunciando a «falta de empatía e inacción de la clase política, la administración y las empresas», y sus precarias condiciones de trabajo.

Los bomberos forestales aragoneses han vuelto a exigir condiciones de trabajo dignas, así como más medios y financiación para «poder apagar el fuego en invierno”

«Desgraciadamente, año tras año hacemos esta convocatoria. Es triste que hayan pasado más de 15 años y sigamos haciendo esta marcha negra, reivindicando lo mismo, la categoría profesional de bombero forestal, los coeficientes reductores, una serie de mejoras que vamos pidiendo y que los políticos no nos dan», ha contado David Blanco, portavoz sindical de CGT de los bomberos dependientes del Gobierno de Aragón, durante la marcha.

«Llevamos años denunciando la precariedad de los operativos de extinción tanto en medios humanos como materiales, la falta de inversión en trabajos preventivos y en medios de extinción más formados y profesionalizados, una gestión forestal responsable de nuestros montes y año tras año, promesa tras promesa, se sigue sin hacer nada al respecto», han subrayado los representantes sindicales en la convocatoria.

Acompañados de multitud de vecinos de los pueblos y comarcas arrasados por los fuegos de este verano, y aplaudidos por numerosos viandantes de la capital, los bomberos forestales aragoneses han vuelto a exigir la categoría profesional que les corresponde, condiciones de trabajo dignas, así como más medios y financiación para «poder apagar el fuego en invierno”, y no tener que lamentar, año tras año infiernos forestales cada vez más devastadores y difíciles de sofocar.

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