ETA entra en campaña en apoyo a los jelkides etnicistas del PNV

Bombas y bombitas.

Mientras que la sede socialista de Lazcano ha merecido la colocación de una potente bomba de 8 kilos metida en una mochila, los atentados contra los batzokis del PNV de dí­as anteriores no pasaron de ser mera anécdota y la ertzaina pudo controlarlos usando ¡un extintor!

A unos les destrozan la sede recién reformada rovocando cuantiosos daños materiales y destrozando las viviendas adjuntas. Y quienes le plantan cara –como el joven que en respuesta ha arremetido contra la herriko de los proetarras- han de huir ante las represalias. A otros les da motivo de propaganda y maquillaje electoral. A cambio de poco más que un pequeño susto, un puñado de euros en pintura y algo en cristales, Ibarretxe y su corte de nazifascistas (Arzallus, Egibar..) pueden propalar a los cuatro vientos que ellos también son un objetivo de los ataques de la banda, que ellos también son demócratas. Cuando la realidad es que el terror de ETA ha sido y es el complemento imprescindible para imponer su régimen de exclusión de los no nacionalistas. ETA, como muchos dicen estos días, quiere entrar en campaña, pero su bando está más que claro.

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