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A primera hora de la mañana del miércoles, prácticamente todavía de madrugada, los mossos d´esquadra irrumpieron en el campus de la Universitat Pompeu Fabra, desalojando a los estudiantes que se habían encerrado desde el 12 de marzo en protesta contra el Plan Bolonia. Según el propio rector, Josep Joan Moreso, ya que los estudiantes «no alegaban motivos y problemas que la universidad no esté atendiendo ya por los procedimientos normales y cotidianos» y al «comprobar el escasísimo número de miembros de la comunidad de la UPF» pidió a los mossos que intervinieran. Después los estudiantes vuelven a salir a la calle… 19 detenidos, varios heridos… Bolonia, con embudo si hace falta.
Los medios de comunicación rearten imágenes porque la noticia está en el abuso policial, pero también en el “izquierdismo” del movimiento, porque así lo presentan; un grupúsculo de estudiantes “radicales” que no representan al conjunto. Pero hoy USTEC·STEs – sindicato mayoritario del profesorado en Cataluña -, CCOO, ASPEPC-SPS, FETE-UGT, CGT, el Sindicato de Estudiantes y otras organizaciones estudiantiles se han concentrado en la Plaza Sant Jaume para exigir la dimisión del Conseller d´Educació, Ernest Maragall, por el proceso de privatización que supone la Ley de Educación de Cataluña – LEC -. Los estudiantes han unificado la convocatoria integrando las movilizaciones contra lo que entienden que es el mismo proceso a gran escala que supone el Plan Bolonia. En este sentido el Sindicato de Estudiantes viene haciendo un llamamiento a unificar y aunar esfuerzos en toda España: “es absolutamente necesario unificar las movilizaciones, evitando su dispersión y ampliando su impacto” – del documento “Atacan la Educación Pública” -. El Plan Bolonia tiene su origen en directrices, que fueron por primera vez reflejadas en el Informe Bricall, establecidas por la Organización Mundial del Comercio en 1995, en el marco del Acuerdo General de Comercio de Servicios – ACGS -. El Sindicato de Estudiantes denuncia los ejes del Plan que no se explican o se ocultan deliberadamente: 1º.- Aumentan las tasas incluyendo horas que no se impartirán en la Universidad: “las horas de estudio, las dedicadas a la realización de seminarios, trabajos, prácticas o proyectos, y las exigidas para la preparación y realización de los exámenes y pruebas de evaluación”, extracto del artículo 4.3 2º.- Impone la obligatoriedad de asistir entre 8 y 9 horas diarias a clase, imposibilitando la simultaneidad con un trabajo. 3º.- Rebaja la formación en las carreras, obligando a cursar masters que den el mismo a las titulaciones en el mercado que tienen ahora mismo. Sin contar los 3.000 a 5.000 euros al año que costará cada master. 4º.- Desarrolla y amplia las prácticas no retribuidas en empresas 5º.- Socaba la autonomía universitaria estableciendo diferencias en las titulaciones según la universidad en la que se hayan cursado 6º.- Sustituye las becas por préstamos que habrán de devolverse en la vida laboral, lo que supone una inyección gigantesca de líquido bancario y un aumento de la dependencia de los trabajadores respecto a la banca. Por último el Sindicato de Estudiantes denuncia que se está utilizando un proceso propagandístico similar al utilizado durante la reconversión industrial de Felipe Gonzalez, hacer las empresas públicas deficitarias para justificar su privatización. Si un licenciado cobra una media de 700€ al mes en su primer trabajo, y el 40% de ellos realmente nunca llegará a trabajar en nada que tenga que ver con sus estudios, nada tiene que ver con que la universidad sea pública, sino con quien la gestiona desde el Gobierno. El próximo 25 de marzo se repetirá la huelga y las movilizaciones de hoy en Barcelona, en Madrid.