La nueva Constitución boliviana, que se someterá a un referendo para su aprobación el próximo 25 de enero, conlleva a establecer un proceso autonómico para todo el país que no solamente se dedicará a ciertas partes de la población.
Esta nueva Constitución redefine la conceción del Estado, así como el concepto de ciudadanía, desde una lógica plurinacional, multicultural y comunitaria. Se combina el desarrollo de los derechos, deberes y garantías con demandas indígenas de corte popular que quedan, de esta manera, enmarcadas en una nueva conformación jurídico-institucional.Dicha Carta Magna propone que los nuevos magistrados de la Corte Suprema sean elegidos por votación, con el propósito de que las designaciones sean directas y por méritos y no por acuerdos políticos entre los partidos. Y acabara con el clientelismo ya que dichos magistrados son herencia de un estado prohegemonista instalado durante generaciones en el poder. El Mas con fuerte orientación indigenista plantea en esta nueva constitución, el reconocimiento de su derecho a la libre determinación «en el marco de la unidad del Estado» de esas «naciones» y «pueblos así como el «dominio ancestral» sobre sus territorios, de las naciones y pueblos indígena originario campesinos.La nueva Constitución boliviana, que se someterá a un referendo para su aprobación el próximo 25 de enero, conlleva a establecer un proceso autonómico para todo el país que no solamente se dedicará a ciertas partes de la población.El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, dijo que el nuevo texto constitucional, que será votado el próximo 25 de enero, «garantizará un conjunto de derechos y de conquistas que a lo largo de los últimos meses y años ha ido logrando el pueblo boliviano».Añadió que con la Carta Magna «nunca nadie más va a privatizar las riquezas naturales, nuestras empresas del Estado que tanto esfuerzo han costado».Evo Morales declaro «Quiero pedir a los parlamentarios de todos los partidos: si quieren pasar a la historia acompañen esta transformación profunda», indicó el mandatario. En caso contrario, «si no aprueban normas en el Congreso Nacional, basado en el voto del pueblo boliviano, implementaré mediante decreto supremo la nueva Constitución», enfatizó.Esta advertencia se justifica cuando la oposición, integrada por los prefectos civiles separatistas de las regiones Santa Cruz, Chuquisaca, Beni y Tarija, acompañados por la jerarquía de la iglesia católica y los medios de comunicación privados de la derecha, impulsan el voto por el No a la nueva Carta MagnaEl mandatario asegura que el texto impulsa acciones dirigidas a eliminar de manera definitiva el colonialismo, el neoliberalismo y el imperialismo de Bolivia, junto a sus consecuentes dificultades económicas y sociales.El referéndum sobre la nueva constitución es transcendental para continuar con las transformaciones y evitar que los estamentos de una republica que nació hipotecada e impuesta por intereses foráneos impidan su funcionamiento. Con esta nueva constitución, Bolivia podrá seguir ahondando en construir un estado independiente, que maneje sus propios recursos, haciendo llegar el estado y la democracia a los sectores más desfavorecidos históricamente, que han sido las comunidades indígenas.