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BNP alerta sobre Abengoa

Aunque los grandes bancos españoles mantienen su silencio sobre la delicada situación de Abengoa, los extranjeros empiezan a alertar sobre ella. Así, Exane BNP Paribas ha emitido un informe demoledor sobre la empresa sevillana en el que muestra serias dudas sobre su capacidad de hacer frente a los 3.100 millones de deuda que vencen en los próximos 12 meses. A su juicio, necesita incrementar notablemente sus ingresos para poder pagar ese dinero, algo que va en contra de las previsiones de una caída del 17% de los pedidos. Y la creación de su filial Greenfield no es ninguna panacea, añade.

El informe del banco francés contiene un apartado titulado «cuatro razones para la cautela». Una de ellas es que «los vencimientos de deuda de Abengoa en 2015 son demasiado significativos para ignorarlos«. En efecto, la empresa constructora afronta vencimientos por 3.100 millones entre el cuarto trimestre de 2014 y el 30 de septiembre de 2015.

De esta cantidad, 1.700 millones son deuda ‘corporativa’, y para cubrir estos pagos, Abengoa debe asegurarse de que puede generar el cash flow suficiente, ganando nuevos contratos y con la venta de activos. Eso es lo que hizo la empresa el 12 de diciembre cuando anunció que pretende reducir su participacipación en Abengoa Yield del 64,3% hasta el 13,3% y que planea vender nuevos activos a su filial valorados entre 170 y 200 millones de dólares en 2015.

El informe de los analistas José María Arroyas y Francisco Ruiz advierte de que Abengoa no tiene cubierta ni siquiera esa deuda corporativa. Pero, además, está la famosa deuda sin recurso que emergió en los últimos resultados trimestrales y que hundió la cotización del valor en bolsa. Esta deuda supone 1.400 millones en los próximos 12 meses, y aunque en el pasado se ha refinanciado sin problemas, «no se puede descartar un escenario en el que Abengoa tenga que inyectar capital en algunas de sus concesiones».

Por si esto fuera poco, falta la financiación de circulante, es decir, el papel comercial (pagarés). A su juicio, las necesidades de emisión en la primera mitad de 2015 serán superiores a los 800 millones del mismo período de 2014. Como adelantó El Confidencial, algunos inversores se están saliendo de estos títulos con fuertes descuentos porque no confían en la capacidad de la compañía sevillana para hacer frente a estos pagos a corto plazo.

Necesita vender activos para pagar la deuda

Frente a estos compromisos, los analistas de la firma francesa consideran que la anunciada creación de Abengoa Greenfield, con la que pretende obtener nueva financiación en EEUU, no ofrece ninguna garantía, puesto que no hay precedentes de nada similar. Por tanto, sólo se puede confiar en los ingresos que sea capaz de generar la compañía. Y en ese punto, el informe también plantea serias dudas. Espera que la generación de free cash flow siga a la baja; de hecho, la empresa nunca ha sido capaz de generarlo en un año completo, por la rapidez con que su división de ingeniería y construcción quema esa caja. Y pronostica que esta variable seguirá siendo negativa a medio plazo. Esta situación hace que Abengoa dependa de las ventas de activos para poder pagar su deuda, algo muy dudoso aunque espere vender más paquetes de Abengoa Yield en EEUU, por el deterioro de esta filial.

Asimismo, el libro de pedidos de Abengoa ha empeorado. Aunque las cifras de previsiones son buenas, las órdenes listas para ser ejecutadas son un 17% inferiores a las de 2014. Por tanto, tendría que ganar un gran contrato (de entre 500 y 1.000 millones) o incluso más de uno, si quiere hacer frente a sus compromisos. Y ahí la caída del precio del petróleo juega en su contra, ya que hace menos competitivas las energías renovables más caras, como la termosolar, que son en las que está especializada la empresa española.

Ganará un 71% menos

Por todo ello, Exane BNP Paribas eleva un 15% su previsión de deuda neta de Abengoa para 2015-2016 y recorta su estimación de beneficio por acción un 71%. «Aunque podemos admitir que el modelo de financiación de Abengoa ofrece a sus gestores varias alternativas, la ecuación rentabilidad/riesgo de sus acciones no es en absoluto atractiva y establecemos un precio objetivo de 1,65 euros», un 15,4% por debajo de los 1,95 en que cerró la semana pasada.

Como se recordará, el derrumbe de la empresa controlada por la familia Benjumea comenzó a mediados de noviembre cuando, ante la desconfianza total del mercado sobre el volumen real de su deuda, integró sus bonos verdes en su balance; pero lo hizo como deuda sin recurso, lo que no sirvió para aliviar la presión. Asimismo, reconoció que su nivel de endeudamiento es de 5 veces su ebitda (beneficio bruto de explotación), que muchos analistas e inversores consideran insostenible.

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