La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha dejado bien claros sus objetivos: blindar por ley el aumento de los gastos militares y seguir aumentando la implicación militar de nuestro país en los planes de la OTAN y el Pentágono.
Cospedal, en su primera comparecencia ante la Comisión de Defensa del Congreso, ha fijado como objetivo de su ministerio recuperar “músculo económico” militar y como prioridad la aprobación de una Ley de Sostenibilidad de las Fuerzas Armadas, que garantice las inversiones a medio plazo, más allá de los cambios políticos y presupuestarios. Según la ministra de Defensa: “Las capacidades militares no se pueden improvisar y hace falta un planeamiento que garantice los medios necesarios y un compromiso presupuestario a largo plazo”.
Se trata de transponer al plano militar el artículo 135 de la Constitución que reformaron Zapatero y Rajoy. Entonces se trataba de garantizar los pagos a la banca (sobretodo extranjera) por delante de los pensionistas o los parados. Ahora, con la “ley Cospedal” de gastos militares, el objetivo es blindar por ley que ningún cambio de gobierno pueda cuestionar en los próximos quince o veinte años el programa de inversiones militares por encima de las necesidades de Educación, Sanidad o cualquier otro gasto social.
Unos gastos que no vienen dictados por necesidades de la Defensa Nacional, sino por las exigencias de EEUU y la OTAN.
En la cumbre de la OTAN de Cardiff en 2014 los países de la Alianza Atlántica se comprometieron a elevar sus gastos de Defensa hasta el 2% del PIB. Compromiso ratificado por Rajoy en la cumbre de Varsovia de julio pasado ante Obama. Para España supone doblar el gasto militar y pasar de los aproximadamente 10.000 millones de euros actuales a 20.000.
Trump ya ha anunciado que los países europeos han de pagar más por su defensa contribuyendo con 80.000 millones de euros más a la OTAN. Y 10.000 millones serán españoles.
Este año el gasto militar sube un 30%
Cospedal está dispuesta a llevar adelante estos compromisos. Y para empezar ha confirmado en la Comisión que el presupuesto de Defensa para 2017 subirá un 30% para cumplir con las exigencias de Washington y de la gran industria militar.
La ministra incluirá en el presupuesto del próximo año el pago de 1.824,5 millones de euros a los Programas Especiales de Armamento (PEAS) que hasta ahora se pagaban con créditos especiales.
Los PEAS son 19 programas diseñados en la época de Aznar por Pedro Morenés, ex ministro de Defensa, cuando era Secretario de Estado, para el desarrollo y compra de grandes sistemas de armas -como la fragata F-100 y el submarino S-80 de Navantia; el tanque Leopard y los misiles SPIKE de Santa Bárbara Sistemas (propiedad de la estadounidense General Dynamics); el avión A400M y los cazas Eurofighter de Airbus; o el helicóptero de ataque Tigre de Airbus Helicopters (franco-alemana) – con un coste total de más de 30.000 millones de euros.
Una factura que estaremos pagando hasta 2030 con una cuota media anual de 1.350 millones de euros. Con empresas norteamericanas y franco-alemanas como los grandes beneficiados de esta lluvia de millones.